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El presidente de la región italiana del Lacio, Nicola Zingaretti Efe
Zingaretti presenta sus credenciales frente al caos del Gobierno italiano

Zingaretti presenta sus credenciales frente al caos del Gobierno italiano

El nuevo líder de la izquierda, hermano del actor que encarna al comisario Montalbano, apoya la construcción del TAV, el proyecto que amenaza con provocar la caída del Ejecutivo

Darío Menor

Corresponsal en Roma (Italia)

Sábado, 9 de marzo 2019, 20:16

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Nicola Zingaretti no convocó una rueda de prensa ni dio un mitin a sus seguidores en la noche del pasado domingo cuando ganó las elecciones primarias celebradas por el Partido Democrático (PD). Aunque el presidente regional del Lacio arrasó a los otros aspirantes a conquistar el liderazgo de la principal formación de centro izquierda de Italia, no quiso protagonizar ninguna comparecencia festiva. Optó en cambio porque su primera aparición pública fuera en Turín. Zingaretti dejó su feudo de Roma, la ciudad donde nació hace 53 años y cuya provincia dirigió antes de pasar a presidir la región de la que es capital, para viajar al «norte productivo», como él mismo dijo.

En un gesto de fuerte valor simbólico, el flamante líder del PD se desplazó a Turín para apoyar la construcción del tren de alta velocidad (TAV) que debe unir la capital piamontesa con la ciudad francesa de Lyon en 2030. Este proyecto, subvencionado en parte con fondos europeos, ha provocado una profunda fractura entre los dos partidos que forman la coalición que sostiene al Gobierno: el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga. El primero está en contra y el segundo, a favor. El enfrentamiento ha ido subiendo grados en los últimos días y ya se ha abierto «una crisis», como reconocen los dirigentes de ambas fuerzas políticas. Los analistas no descartan que el TAV acabe provocando el descarrilamiento del Ejecutivo.

Al mostrar en Turín su apoyo a esta infraestructura, Zingaretti se presentaba en el rico e industrioso norte italiano como un líder nacional preocupado por el desarrollo del país y antitético de la jaula de grillos en que se ha convertido la alianza entre el M5E y la Liga. «El TAV es el símbolo de la política del Gobierno: no hay unidad sobre ningún tema. Estamos viviendo el coste de la incertidumbre», comentó. Zingaretti vende en cambio seriedad y previsibilidad, posicionándose de cara a una eventual caída del Ejecutivo. Aunque la coalición gubernativa consiguiera superar la crisis del TAV, lo tendrá aún más difícil para seguir viva con el reequilibrio de poderes que dejarán las elecciones europeas de mayo, en las que las encuestas prevén un fuerte crecimiento de la Liga frente a una debacle del M5E. «El partido se ha abierto, veo un bipolarismo entre Salvini y nosotros», comentó Zingaretti en una entrevista con 'La Stampa' publicada el pasado martes.

La última pregunta que le hizo el diario turinés fue sobre su hermano mayor, el actor Luca Zingaretti, quien encarna al famoso comisario Montalbano en la serie de televisión homónima. «Él consigue 12 millones de telespectadores. Cuando el PD obtenga 12 millones de votos hablamos», comentó para dejar claro quién es el más conocido de los dos. Ninni, la madre de los Zingaretti, una vieja comunista, está orgullosa de ambos. «Soy la mamá de los Montalbano, los infalibles», bromeaba estos días, según 'La Repubblica'. En sus años mozos parece que era el nuevo secretario general del PD quien le daba más dolores de cabeza. «Mi hermano Luca era el empollón», contó Nicola en 'Sette', la revista del 'Corriere della Sera'. Al líder de la izquierda italiana, que fue monaguillo de niño, nunca se le dieron muy bien los estudios. Entró en política muy joven tras pasar por un instituto técnico donde se formó en odontología.

Profesional de la política

«Era un profesional de la política. Entre los que formaban parte de las juventudes del Partido Comunista era el más acogedor y afectuoso. Se veía que tenía madera de líder», recuerda Flaminio Cozzaglio, que coincidió con él en la sección romana de esta poderosa formación. Entre sus compañeras de filas encontró a Cristina Berliri, con la que se casó civilmente en una iglesia desconsagrada de Roma. Ambos tienen dos hijas, Agnese y Flavia, de 17 y 14 años. Zingaretti defiende su privacidad y se niega a exponer su intimidad familiar. Tampoco quiere sacar excesivo rédito de la época en que fue presidente de la Internacional Socialista y viajó por todo el mundo conociendo al Dalai Lama, a Shimon Peres, a Nelson Mandela o a Bill Clinton. No faltaron encuentros con el español Felipe González, con quien se tomó una vez «demasiadas cervezas», según confesó en 'La Stampa'.

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