Francia arranca el curso con el Gobierno en el aire y la amenaza de un parón nacional
La protesta prevista para el miércoles 10 coge fuerza y añade presión a Macron, que salvo sorpresa verá dos días antes caer al Ejecutivo de Bayrou
El rincón conocido como Prado del Triángulo del parque de la Villette sirvió este verano como escenario para ver cine al aire libre en París. ... Centenares de personas se reunieron allí el pasado jueves por la tarde. Pero, esta vez, el motivo de su presencia no era disfrutar de una película, sino otra actividad cada vez más frecuente en las últimas semanas en Francia: participar en una asamblea para organizar la jornada de protestas del miércoles 10 de septiembre, también conocida como el movimiento 'Bloquons tout' (Bloquearlo todo).
Desde que el primer ministro galo, François Bayrou, anunció a mediados de julio su plan de recortes, que comportará una reducción del gasto público de 30.000 millones y un incremento de los impuestos de 14.000 millones –especialmente sobre la clase trabajadora–, se hizo viral esa fecha, cada vez más cercana, para manifestarse contra esas medidas. El responsable del Ejecutivo anunció hace una semana que, dos días antes de esa jornada de huelgas, se someterá a un voto de confianza en la Asamblea Nacional.
Ayer empezó una ronda de negociaciones con la oposición, reuniéndose con representantes del Partido Comunista, y hoy se verá con los líderes de la ultraderechista Agrupación Nacional. Pero sus posibilidades para superar esa moción son casi nulas. Salvo un giro inesperado, Bayrou dimitirá el próximo lunes. «Me parece significativo que el primer ministro eligiera esa fecha, porque nada le apremiaba a pedir en ese momento la confianza en el Parlamento. Tengo la sospecha de que el Gobierno cuenta con informaciones que apuntan a una fuerte movilización el 10 y Bayrou ha querido sacrificarse para debilitar esa protesta», opina el historiador Stéphane Sirot, profesor en Sciences Po París, en declaraciones a este medio.
«Tengo la sospecha de que el Gobierno cuenta con informaciones que apuntan a una fuerte movilización el día 10 y Bayrou ha querido sacrificarse para debilitar esa protesta»
Stéphane Sirot
Profesor en Sciences Po París
La jornada, según este experto en movimientos sociales, recuerda a la revuelta de los 'chalecos amarillos' por «su autoorganización a través de las redes sociales». Desde el otoño de 2018, no se observaba en Francia una ebullición digital como la actual. Pese al temor de que su carácter viral se hubiera beneficiado de una hipotética injerencia extranjera, el VIGINUM (organismo estatal encargado de vigilar ese tipo de amenazas) quitó hierro a esa sospecha. Y consideró que «no se trata de una maniobra coordinada de injerencia extranjera, sino un fenómeno de origen doméstico».
Euroescépticos y la izquierda radical
Han sido curiosamente dos grupos en las antípodas ideológicamente los impulsores de esta jornada contestataria: el colectivo euroescéptico y anti-élites Los Esenciales y la izquierda radical de Indignaros, cuyo nombre se inspira del título del famoso libro de Stéphane Hessel. Esta heterogeneidad se ha visto reflejada en la disparidad de las consignas para ese día, desde confinarse en casa, no llevar a los hijos al colegio o no efectuar pagos con tarjeta de crédito a otras acciones más clásicas, como hacer huelga, manifestarse o bloquear carreteras.
📢 L’image parle d’elle-même.
— Bloquons Tout ! - 10 Septembre 2025 (@bloquonstout) August 29, 2025
Le #10septembre, la colère EXPLOSE.
Chaque jour, de nouveaux visages, une nouvelle DÉTERMINATION.
👉 Nous sommes TOUS concernés : salariés, retraités, étudiants, paysans.
ENSEMBLE, le peuple dit STOP au MÉPRIS et à l’HUMILIATION. pic.twitter.com/9Uxyg88BrJ
«A diferencia de lo que sucedió con los 'chalecos amarillos', esta vez casi todas las formaciones de izquierdas, incluido el Partido Socialista, apoyan esta movilización», destaca Sirot. La ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen se desmarcó a principios de agosto de este impredecible movimiento. Eso allanó el camino para que sectores progresistas se hayan involucrado. Sin embargo, los sindicatos se han dividido. Mientras que la CGT y Sud Solidaires han pedido a sus militantes que salgan ese día a las calles, la CFDT –organización con más afiliados– ha preferido reservarse para otra huelga nacional convocada para el jueves 18 de este mes.
Este aparente dominio de la izquierda sobre el movimiento 'Bloquearlo todo' se ha visto reflejado asimismo en la organización de asambleas para prepararlo. Profesores, estudiantes, auxiliares sanitarios, simpatizantes de los 'chalecos amarillos', militantes propalestinos… Eran algunos de los perfiles presentes el pasado jueves por la tarde en la Villette. Algunos de los que intervinieron propusieron bloquear los accesos a París, otros apostaban por huelgas de varios días en aquellos sectores de mayor impacto, por ejemplo, los transportes, las refinerías o la recogida de basuras.
Pánico de los políticos
«Cada vez más compañeros que no solían hacer huelga se interesan por esta protesta. El plan de Bayrou contempla un recorte de 5.000 millones de las partidas en sanidad –el año pasado fueron unos 2.000 millones–. Si se aplica ese tijeretazo, no sé cómo vamos a seguir trabajando en mi hospital», explicaba Blandine, de 37 años, una asistente social que trabaja en un centro sanitario en la capital francesa y que intervino en la asamblea en el parque parisino.
«Tenemos la sensación de que siempre se pide a los mismos, a los más modestos, que asuman los esfuerzos presupuestarios», denuncia el sindicalista Alexandre Chantry, uno de los referentes de los 'chalecos amarillos' en el norte del país y que ahora contribuye en la organización de los actos del 10 de septiembre en Burdeos. «Ese día habrá manifestaciones, huelgas, bloqueos de carreteras… Pero no queremos dar más detalles para fomentar el pánico de los políticos», sostiene este militante. Un secretismo que puede obstaculizar el carácter multitudinario de esa movilización. Resulta toda una incógnita lo que sucederá en poco más de una semana en las calles de Francia.
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