Merecida sede para El Quite
A pie de calle ·
EDUARDO GÓMEZ
Sábado, 8 de junio 2019, 20:11
El Ayuntamiento logroñés ha tenido la atención, merecida a todas luces, de ceder un local en Ruavieja, 13 a la peña taurina El Quite, que ... viene distiguiéndose en sus actividades a favor de la fiesta, como su certamen Nacional de Pintura Taurina , entre otras cosas. Confiamos que entre las fotografías que adornarán las paredes de su nuevo domicilio (una, a buen seguro, del torero Antonio Ferrera, ídolo de la peña) reserven un hueco en recuerdo de Tito, que tanto hizo por la entidad.
Cuidado con las bicis
Así como se advertía en las entradas de algunas fincas 'cuidado con el perro', sugerimos que en el transitado y céntrico bulevar de avenida de la Paz, coloquen en los accesos peatonales sendas señales con 'cuidado con las bicicletas', pues el plácido paseo, de terapéutico se ha convertido en un peligro para la integridad física a causa del continuo desfile de bicicletas y patines.
Casquería en el Urcey
En el restaurante Urcey (Avenida Doce Ligero, 3) que se inauguró hace 56 años y lo popularizaron Mariano, padre e hijo, cuenta en la actualidad, de la mano de Iván Ruiz Mateos, con una cocina especializada en casquería realmente apretada como en pocos lugares pueden exhibir. Se puede degustar en su comedor reservado. Como cafetería cuenta con una barra my surtida en aperitivos y dispone de terraza exterior.
Elogio del 'steak tartare'
He ahí un plato muy sabroso para quienes disfrutan con la carne picada. Se utiliza carne de solomillo picada a cuchillo a la que se le añade en un cuenco cebolla muy picada, perejil, ajo, mostaza, una yema de huevo y pimienta. Se revuelve todo bien y se sirve. Es costumbre de que lo preparen ante el cliente a la hora de servir, como lo hacía el recordado Pablo en La Merced, pero su compleja preparación ha convertido esta delicia en una rareza difícil de hallar.
Cocido maragato
La ruta que anuncia una agencia local de viajes con parada en Castrillo de los Polvazares, de León, nos trae el recuerdo del cocido maragato, plato obligado en aquella bonita localidad, a tiro de piedra de Astorga. Se compone de un cocido compuesto de garbanzos, repollo y siete clases de carnes, con la peculiaridad de que primero se comen las carnes, después los garbanzos y se termina con la sopa. Es la tradición, basada en que estando el pueblo asediado a la hora de comer por las tropas francesas, optaban por empezar con la chicha por si entraba el enemigo y les impedía disfrutar de lo más selecto de la comida.
Solomillo perruno
Nos hacen reír en el restaurante El Blasón de Córdoba con el suceso de que en una ocasión una clienta que iba acompañada con una niña pidió un papel para envolver un trozo de solomillo que les había sobrado de la comida, «para el perro», se justificó ante el camarero. La niña al instante exclamó: «¡Mamá, mamá, has comprado un perro!».
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