Soluciones para el campo

El sector agrario vive en los últimos años rodeado de múltiples problemas. Crisis de precios, exigentes normativas, falta de profesionalización, competencia de productos extranjeros... El campo necesita una constante reinvención para mantener ese potencial del que tanto se presume, por calidad de los productos de nuestra tierra y por el capital humano que atesora. La primera revolución de la historia fue agrícola, ligándose desde entonces a la innovación como motor de avance. Ante los problemas, hay que encontrar soluciones y oportunidades, como las que propone Jumar Agrícola, empresa ubicada en Cenicero que cuenta con tres décadas de experiencia en la fabricación de maquinaria de corte aéreo para árboles y viñedo, buscando día a día ir un paso más allá.

Su historia surge en 1988, cuando Julián Martínez y Lourdes Calonge fundan Jumar en base a «nuestras inquietudes por ayudar a los agricultores en sus necesidades en la mecanización de sus explotaciones», apunta el primero, gerente de la empresa. No era un terreno extraño para ellos, ya que se congratulan de su vida en el campo y todo lo que les hizo aprender para este proyecto: «Somos agricultores y eso nos ayuda a entender la realidad del campo, los procesos, a los profesionales y el lenguaje agrícola».

Desde entonces, se ha mantenido como un negocio de carácter familiar que actualmente cuenta con 14 trabajadores en las diferentes áreas. Entre sus servicios se encuentra la fabricación de piezas, el montaje de la maquinaria, un servicio postventa y una ferretería industrial. En todos estos procesos, Jumar Agrícola presume de ir siempre de la mano del cliente. «Tenemos un lema: 'danos las dimensiones y lo hacemos a medida'. Ofrecemos soluciones al agricultor. Si algo no existe, se le fabrica o se adapta, siempre en base a sus necesidades», explica Julián Martínez.

Dentro de la rutina de una empresa de maquinaria agrícola, el factor de innovación resulta fundamental. «Una máquina del año 2000 tiene desde entonces mejoras constantes, intentando además que sea cada vez más versátil», comenta el gerente de Jumar, que detalla también que «se tardan meses o años en sacar un proyecto adelante». Ese carácter les ha permitido posicionarse en el mercado global, enviando su maquinaria a los cinco continentes. Uno de los casos actuales más reseñables es una cortadora que alcanza los 12 metros de altura destinada a un rancho de cultivo de nueces pecanas en México.

En el complicado momento actual que vive el campo, Julián Martínez tiene claro que «el proceso de mecanización y modernización es imparable, ayuda al sector agrícola a ser más eficaz», añadiendo además que «no dejamos de crecer ni siquiera en la crisis», en parte por las necesidades de los agricultores de buscar la rentabilidad a su trabajo en la mecanización. En un sector en constante evolución nadie puede quedarse atrás, tratando además de ir siempre un paso por delante.