Alarmas en el chocolate: su escalada de precios lo sitúan en el 'top ten' de los más robados
Los 'súper' se protegen frente a la ola de hurtos en productos de consumo cotidiano que se han convertido en un lujo para las familias
La subida del precio de los alimentos no solo tiene su reflejo en el bolsillo del consumidor. También en las cuentas de los supermercados ... que los venden. Y no solo en términos de ingresos. El repunte experimentado por determinados productos se ha convertido en un auténtico reclamo para los amigos de lo ajeno. No hablamos de grandes bandas organizadas, sino de personas individuales que buscan acceso, sin pagar, a productos cotidianos que ya no pueden formar parte de su cesta de la compra.
Es lo que ha pasado en los últimos tiempos con el chocolate y otros derivados del cacao. Aunque el precio de esta materia prima se ha moderado en los últimos meses gracias a la mejora de las cosechas y, sobre todo, a una demanda completamente estancada por los altos precios, la tonelada aún cotiza sobre los 5.000 dólares en el mercado americano.
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La cifra es, sin duda, mucho más baja que los 12.000 dólares que llegó a sobrepasar el pasado año. Pero sigue muy por encima de los 1.700 dólares que ronda su media histórica. Los altos precios han provocado situaciones nunca vistas en los supermercados, como la decisión de poner mecanismos antirrobo (pequeñas alarmas individuales)en las chocolatinas.
Esta práctica ya era habitual en otros productos como las bebidas alcohólicas o los perfumes –e incluso el aceite–, pero nunca había llegado a tal extremo. Al sector no le ha quedado otra. Según el IV estudio sobre este tipo de hurtos elaborado por STC The Source Targging Company, las tabletas de chocolate se colocaron el pasado año entre los diez productos más robados en las cadenas de distribución. Y fueron también los que más crecieron por número de robos en nueve comunidades autónomas, por encima incluso del café, los ibéricos o el aceite.
Los expertos coinciden al señalar que este fenómeno está íntimamente ligado a la subida de los precios y a esa dificultad de acceso a alimentos de consumo cotidiano. Así que, con las Navidades a la vuelta de la esquina y los fabricantes en su pico de producción, los robos pueden volver a repuntar.
El turrón, fuera del alcance
No solo se trata de las chocolatinas. Según un reciente estudio de Facua, el precio de los dulces navideños ya se ha incrementado de media un 15,4% en las grandes cadenas respecto a hace año. Algunos turrones analizados llegan a superar incluso el 65,3% de subida. Y lo mismo ocurre con cajas de bombones que cuestan un 60%más que hace justo un año, pasando en una de las marcas analizadas de 6,85 euros a 10,95 euros. Casi cuatro euros más en solo doce meses de diferencia.
Entre los que mantienen precios, se nota que muchos dfabricantes han optado por la estrategia de la reduflación. Es decir, el consumidor paga lo mismo, pero por menos cantidad.
Facua también ha comparado en su análisis –que engloba tanto las marcas blancas como las propias– la evolución del precio de los dulces navideños en los dos últimos años. En este caso, tener una bandeja de turrones, polvorones y mazapán en la mesa de Navidad será un 22,6% más caro que en 2023.
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