«Llegué gateando a mi primer frontón»
En casa de pelotaris, el joven fuenmayorense lleva toda una vida dentro de un frontón llegando a colgarse la chapela del Parejas de Promoción hace dos años
Rubén Salaverri llevaba la pelota mano en sus venas mucho antes de nacer. En casa de pelotaris, su abuelo y, sobre todo, su padre le enseñaron todo lo que debía conocer de este deporte que tantas alegrías le ha dado a día de hoy. Y es que el joven fuenmayorense se ha sabido hacer un hueco dentro de los frontones más importantes después de hacerse con la chapela en el Campeonato de Parejas de Promoción y de mantener su vinculación con Baiko Pilota.
– ¿De dónde viene su amor por la pelota mano?
– Es algo que viene de cuna. Mi padre fue profesional y fundó Aspe a los meses de yo nacer. Durante la etapa en la que mi padre fue gerente me recorrí todos los frontones desde que tenía meses. Como quien dice llegué gateando a mi primer frontón.
– ¿Cuáles son primeros recuerdos jugando a la pelota?
– No tengo recuerdos en los que no haya estado jugando a pelota mano, es más, mi madre siempre cuenta a modo de anécdota que no me separaba de mi pelota ni cuando iba a la guardería.
– ¿Practicó otros deportes?
– Sí. Cuando era pequeño practiqué atletismo, tenis y fútbol que compaginé con la pelota mano hasta que tuve unos 14 años. Fue entonces cuando ya decidí decantarme por la pelota, además de por el arraigo familiar que tengo con este deporte, también porque disfrutaba mucho jugando. Tengo unos grandes recuerdos de los primeros año en la pelota ya que varios pelotaris riojanos bajábamos a un centro de tecnificación a Logroño en el que creamos unos grandes lazos de amistad.
– ¿Cuál ha podido ser el punto de inflexión de su carrera?
– No existe un momento en concreto como tal. A medida que fui creciendo le empecé a dar más importancia a los entrenamientos, a la alimentación y a mi estado físico. Ha sido un proceso muy paulatino aunque de entre todos recuerdo con especial ilusión la final de Parejas de Promoción cuando me hice con la 'txapela'.
– ¿Cómo recuerda ese día?
– Fue el mejor momento de mi carrera, podría decir. Venía de unos meses muy buenos, compitiendo a un gran nivel que se consagraron ganando el campeonato junto a Alberdi en el mes de mayo de hace dos años. Ganar la chapela me brindó grandes oportunidades. Aun con todo fue un día agridulce ya que, como estábamos en época covid, las gradas estaban vacías por lo que me faltó el calor de la afición, sobre todo de la gente de mi pueblo.