Fútbol | Segunda Federación
Sin gol no hay victoriaLa Unión Deportiva Logroñés hace un primer gran tiempo, pero su falta de acierto y de físico le llevan a firmar la derrota ante el Alavés B
Sin gol no hay victoria y sin victoria el paraíso se torna en infierno. La UD Logroñés arranca la temporada con derrota, 2-0, ... la más dura vivida ante el Alavés B, al que sigue sin ganar. Por juego, no merecieron la derrota, pero competir es otra historia. A la UDL le sobraron ocasiones para marcar, sobre todo antes del descanso, pero como en partidos anteriores mostró que en ella viven dos equipos: el de ritmo y juego brillante que llega al descanso y el que sufre y no es capaz de mantener el paso que marca el rival. Ya lo evidenció en pretemporada y ese defecto no ha desaparecido con el inicio de la competición oficial.
Alavés B
Swerki, Egoitz (Álvaro, 89), Paco Sanz, Xanet, Ballesteros, Iván Garrido (Garrido, 55), Moreno, Aragües, Ander (Arzak, 55), Mañas y Aimar
2
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0
UD Logroñés:
Taliby, Val (Pascual, 62), Ugarte, Cabetas, Camacho, Marí, Otadui, Manex, Urki (Lhery, 62), Anai (Benítez, 62) y Febas (Lupu, 62)
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Árbitro: David García. Amonestó al local Ander y a los blanquirrojos Val, Camacho y Otadui.
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Goles: 1-0. m. 66. Mañas; 2-0,m. 72. Moreno, de penalti.
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Incidencias: Instalaciones de Ibaia, ciudad deportiva del Alavés. Muchísimo calor y notable presencia de seguidores de la UD Logroñés en el primer desplazamiento de la temporada. Félix Revuelta siguió el partido desde la banda, junto a Juanjo Guerreros, vicepresidente
Nadie hubiera apostado una vez vista la pretemporada por un once con un único pivote, o con Manex y Anai Morales, que llegó el lunes, por la izquierda, pero Unai Mendia no tuvo reparos en pensar en una alineación más allá de gustos o apuestas externas. Condicionado también por los problemas físicos de Rivero o Iñaki y la necesidad de dar más tiempo a jugadores como Lupu, el técnico se apoyó en lo conocido, más si cabe, con la presencia de los nombres que tuvo en el Teruel y por los futbolistas que más han jugado con él en pretemporada, caso de Camacho, Otadui o el propio Manex, que derriba la puerta para él, primero, y para sus compañeros de viaje desde el filial. Riqueza de argumentos.
La novedosa idea disfrutó de una buena puesta en escena. Marí, con la ayuda de Manex, se hizo con el balón y por extensión su equipo. Jugaba en campo del filial, muy diferente al del pasado año, recuperaba rápido en caso de pérdida, presionaba alto y daba profundidad a su fútbol con Otaudi, conocido, y la grata sorpresa de Anai.
Fueron ambos los que comenzaron a abrir vías de agua. Otadui se topó con una camiseta babazorra en su intención de marcar; Urki y Anai no anduvieron rápidos en sus respectivos remates ya dentro del área; y a Manex se le fue el balón en su afán de buscar la escuadra derecha. Todo ello antes de la primera pausa de hidratación, aunque quizá la ocasión más clara fue para los locales, pero entre Taliby y Ugarte alejaron el balón de las redes en pugna con Aimar. A la grada blanquirroja le gustaba su equipo. Incluso se mostraba paciente. Estaba claro que era un partido de desgaste, para motores diésel porque el segundo tiempo podía hacerse muy largo, por el desgaste físico y, quizá, por la falta de acierto en el área. A la serie previa a la pausa se unió una segunda en la que Febas culminó sin dirección una contra, Manex volvió a encontrarse con un cuerpo enemigo en un nuevo disparo y Urki dejó el balón en las manos de Swerki, en una acción de estrategia. Buen fútbol, muy bueno por momentos, pero sin gol, el gran maquillador de este deporte.
Desaparecido en combate
Era imposible mantener el ritmo para ambos. El regreso al campo trajo consigo un juego más roto, menos preciso, de menor ritmo, como si no quisieran vivir en el vértigo de la primera mitad. La UD Logroñés volvía a interpretar ese papel de equipo que le cuesta en la segunda mitad. Ya le había pasado ante Osasuna B y ante el Eibar B. El Alavés B mantenía el orden y poco más. Era suficiente. Se preparaba para la traca final.
Llegó mejor el Alavés al momento de la verdad. Camacho fue uno de los que evidenció el bajón. Aragües ponía un balón entre la zaga y Taliby y Mañas remataba en el segundo palo. Conexión maña. Unos minutos después, Izei, que se había sumado al partido encaró a Cabetas alentado por sus compañeros, que calentaban en la banda. ¡A por él!, le gritaban. Y a por él fue. David contra Goliat. Le tiró el engaño con una bicicleta y Cabetas cayó como un colegial. Alberto Arnedo marcó desde los once metros. El segundo. Menos ocasiones, menos fútbol, pero efectivo, muy efectivo. Dos acciones individuales fueron suficientes.
La respuesta del Alavés anuló las intenciones de Mendia, que había introducido con el empate hasta cuatro cambios: Pascual, Lhery, Benítez y Lupu. Tuvieron el gol incluso Lhery y Lupu, pero una vez más el desacierto fue decisivo. Lo dicho, el gol es el gran maquillador y el gol dice que el Alavés B ha sido mejor este sábado. En el marcador, sin duda, pero es lo que vale en competición oficial. De nada hubiera servido el balón al larguero de Manex.
«Hay que hacer autocrítica, espabilar y competir mejor»
«La valoración no puede ser positiva. La primera mitad sí ha sido buena, hemos sido el equipo que queremos ser, reconocible, y hemos hecho ocasiones, pero no hemos marcado. En la segunda mitad no hemos estado cómodos. Sabíamos de sus transiciones y, aunque hemos tenido un par de ocasiones, ellos han acertado», explicaba Unai Mendia, entrenador de la UD Logroñés, en una primera impresión de la derrota en Ibaia.El preparador ha huido de excusas, incluida la del calor reinante, y ha animado a sus jugadores a reflexionar y cambiar. «Con el 2-0 hay que hacer autocrítica y espabilar pronto. Tenemos que mejorar y competir mejor», sentenció.
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