Gustavo Sáenz finiquita el 'alonsismo' en el fútbol riojano
Sáenz arrasa en las urnas a su adversario, Jesús Alonso, en primera vuelta y con 14 votos de ventaja en un ambiente tenso y de división
Al tercer intento, lo logró. Gustavo Sáenz es el nuevo presidente electo de la Federación Riojana de Fútbol, si bien deberá esperar al 6 de agosto para ser ya el presidente a todos los efectos. Sáenz sumó 43 votos de los 73 que se depositaron en las urnas por 29 de Jesús Alonso y uno que acabó siendo nulo este sábado. Un resultado esperado en su candidatura, que calcó el número de apoyos, pero que a primera de hora de la mañana no se creía posible, ya que la exigencia de sumar 41 votos para obtener la mayoría absoluta permitía pensar en una segunda votación.
Mañana tensa. El fútbol riojano debe reflexionar. El proceso electoral demanda un cambio. Han sido, por ahora, diez meses de tensa espera. Por ahora, porque no hay que olvidar que hay una causa abierta en el tribunal Contencioso Administrativo abierta a instancias de Jesús Alonso. Y esa tensión, multiplicada en los últimos días y las últimas horas, se vio reflejada. «Parecía que veníamos a un funeral», decía Sáenz cuando ya era ganador y disfrutaba con los suyos en la pista del Palacio de los Deportes. Jesús Alonso le observaba desde arriba, desde el vomitorio de la puerta 0, aunque con la mirada perdida.
La diferencia entre Sáenz y Alonso se abrió desde los primeros votos. Y en la calle, aun sin pantalla gigante, se celebraba. Sumaba el primero treinta y casi doblaba a su oponente. La seguridad del triunfo entre los miembros de la candidatura de Sáenz era absoluta. «Tenemos seguros 44 votos, pero uno de ellos no está presente, por lo que son 43», decía uno de ellos. Y clavó el número.
La celebración llegaba pasado el mediodía. Apenas una hora antes se cerraban las puertas del Palacio, como si de un nuevo Cónclave se tratase. Ángel Fernández asumía las funciones de maestro de ceremonias, aunque dentro no había ni cardenales, ni predominaba el púrpura, el rojo y el blanco, sino mucha bermuda veraniega y, seguramente, ganas de acabar con la elección, que el verano no es fecha para votar. Sí que había muchas caras largas. El camino hacia la puerta 0 representaba el paseíllo de dos ejércitos enfrentados, tensos, que se dirigían a la batalla final. Pésima imagen, la del enfrentamiento. Desde la candidatura de Gustavo Sáenz denunciaban maniobras de última hora para cambiar el sentido de los votos. Si algo ha logrado Sáenz es la fidelidad de su tropa. No le han fallado en el momento de la verdad.
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Jesús Alonso pensaba ganar. Estaba absolutamente convencido de su triunfo. Y quizá pensaba en vencer en una segunda vuelta apelando a la imposibilidad de que Gustavo Sáenz sumase 41 votos sobre 73 posibles en el primer recuento. No logró alcanzar esa segunda oportunidad. Se quedó en el intento, no solo de vencer, sino de dar el paso de la vicepresidencia a la presidencia tras cuatro legislaturas. Pierde estando dentro de la Federación, algo muy difícil, aunque así entró por su puerta Jacinto Alonso, cuando derrotó a Luis Mendoza. Alonso, Jacinto, se va a Madrid como dijo el jueves, aunque ya estaba allí y está en la UEFA. No habían pasado cinco minutos del triunfo cuando Rafael Louzán, presidente de la Federación Española de Fútbol, ya sabía del triunfo de Gustavo Sáenz y, por extensión, de que éste no le quiere en Madrid, al menos representando al fútbol riojano. «No voy a dimitir», insistía en su momento Luis Rubiales y acabó fuera de su puesto.
El gran reto de Gustavo Sáenz no reside en cambiar el pasado, sino en trabajar el presente y el futuro. La herida que deja estas elecciones, como se ha podido apreciar este sábado, es grande, muy grande. Hay dos bandos claramente enfrentados que han sido visibles en las últimas horas pero que se vienen gestando desde hace mucho tiempo, al menos desde al pasado 1 de septiembre. Sáenz tiene por delante mucho trabajo, desde la auditoría de las cuentas hasta el cambio de sede, aunque primero debe tomar posesión. Ojo, que diez días son muchos días.