Bidea 44, una cafetería para el barrio
Después de La Mula y Marida, el establecimiento de Avenida de la Paz aporta nuevos servicios
Alexandru y Dani iniciaron su aventura empresaria en Logroño con la apertura de La Mula, un restaurante (Avenida de Portugal, 23), unos meses más tarde ... se embarcaron en la inauguración de un local de vinos y tapas en la calle María Teresa Gil de Gárate, 18 y el tercer y último (por ahora) eslabón de esa cadena que quieren tejer es Bidea 44, una cafetería abierta en el bulevar de Avenida de la Paz, 23.
Este local (inaugurado el pasado 12 de mayo) parte con otras aspiraciones diferentes a los dos anteriores. Bidea 44 –un nombre puesto 'a medias' entre los propietarios y la hija de uno de ellos– pretende ser un sitio acogedor, que preste servicio al barrio, y que permita tomar un café a primera hora de la mañana, antes de iniciar la jornada laboral «algo que se hacía muy complicado en esta calle», según lamenta uno de los propietarios del nuevo establecimiento.
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Dirección Avenida de la Paz, 23.
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Horario De lunes a viernes de 7.30 a 22.00 horas; los sábados, de 9.00 a 22.00 horas; y los domingos de 9.00 a 15.00 horas.
Con Bidea 44 se da un paso más para cerrar un círculo en el que ya están metidos un restaurante (La Mula), un bar de vinos y pinchos de calidad (Marida) y ahora también el bar-cafetería, aunque aún se apunta que para cubrir todo el espectro faltaría un establecimiento donde disfrutar del tardeo. «No nos saltamos escalones, vamos poco a poco», avisan, y bromean: «De momento, se puede desayunar en Bidea, almorzar o merendar en Marida y comer o cenar en La Mula».
En cualquier caso, Bianca y Roxana –las encargadas de llevar el local– apuntan a que, de momento, ellas van a apostar por tratar de darle continuidad a un negocio que fue dirigido tiempo antes por Chelo, una mujer que se hizo su hueco en el barrio después de 17 años en él.
Bidea 44 poco tiene que ver con ese negocio originario. Los nuevos propietarios han realizado una profunda reforma en el local, han modificado su fisonomía, modernizado su maquinaria y han cambiado su planteamiento, aunque en el fondo de su filosofía está la de seguir siendo un bar de barrio, acogedor, con horario amplio y asequible, casi que sirva de lugar de encuentro a una zona que cuenta con bastante tránsito de personas y que pasan por su puerta diariamente camino de Escolapios, la Escuela de Artes, el Ayuntamiento u otros destinos.
Cerveza y café bueno
En este sentido, y sin buscar una gran sofisticación, Bidea 44 manifiesta su apuesta por un buen café y una buena cerveza como base de su sencilla oferta. «Chelo tenía una degustación de café y nosotros queremos seguir con un buen café, nos gustaría que fuera uno de los mejores de Logroño», afirman.
Tanto los cafés como las cervezas se pueden acompañar con algunas de las elaboraciones que tienen en la barra. Pequeños bocatitas, emparedados, tortillas... y otras propuestas sencillas son las que se servirán en el bar, lejos de las ambiciosas sugerencias gastronómicas de los locales hermanos, La Mula o Marida. Por las mañanas, también a primera hora, para acompañar los cafés o el resto de desayunos se ofertarán cruasanes a la plancha.
La cafetería abre todos los días de la semana, aunque los domingos, cierra desde las 15.00 horas
La propuesta es simple y se basa en un buen café y una buena cerveza, pero sin grandes aspiraciones
La oferta se completará con varias referencias de vinos y también de vermú, entre ellas reconocidas marcas como Amillo o Petroni que se podrán degustar en la barra, en las mesas que tiene el local en su interior o también en la terraza que se extiende sobre el bulevar. Allí Bidea 44 dispondrá de 14 meses donde extenderá su actividad cuando la climatología lo permita (principalmente las tardes de primavera y verano, y los primeros días del otoño).
Al frente del local están las parejas de los socios, Bianca y Roxana, que ya han compartido aventura hostelera en los otros locales. De hecho, la idea de Bidea 44 partió de Roxana: «Lo pedí yo. Vivo al lado, y quería que fuera algo sencillo en el barrio, cerca de casa para poder llevarlo yo. No ha podido ser antes porque me necesitaban en Marida, pero ahora ya estamos aquí», afirma mientras –al igual que Bianca– se muestra ilusionada con el proyecto que desearían que fuera el último de sus parejas.
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