El restaurante | Barra y carbón
Pinchos de calidad con un toque gourmetEl gastrobar ofrece una carta pensada para compartir y en la que tienen gran relevancia sus carnes maduradas
La calle del Laurel ha recibido en las últimas semanas a un nuevo, aunque no desconocido, inquilino. Barra y Carbón abrió sus puertas una semana ... antes de San Mateo, en el mismo emplazamiento que hasta no hace mucho ocupó El Cachetero, restaurante con historia centenaria y que tras la marcha de la familia Arechinolaza tan bien supo comandar en solitario Txebiko, que asumió sus riendas durante doce años –desde 1999 era ya jefe de cocina–. Una prueba de fuego que han sabido sortear con destreza los nuevos responsables, pese a que este gastrobar esté ubicado en una de las arterias gastronómicas por excelencia de Logroño y que esos días de fiesta recibió una riada de visitantes.
El propietario de Barra y Carbón, Rubén Pinillos, ya tiene una dilatada experiencia en el sector y desde hace tres años cuenta con otro establecimiento en esa misma calle, La Tabola, justo enfrente del nuevo. «Nos enfocamos también a los pinchos de calidad, utilizando buenos productos y dándoles un toque más moderno; un poco más gourmet», dice.
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¿Dónde se encuentra? En la calle del Laurel, 3, (Logroño).
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Horarios De lunes a jueves y los domingos, de 12 a 16 horas y de 19 a 23.30 horas. Viernes y sábados, de 12 a 16 horas y de 19 a 24 horas.
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Pinchos destacados Burger de chuleta con mayonesa trufada, tartar de gambas con mayonesa de miso o pepito de entrecot. En la parte dulce, su tarta de chocolate suave con helado de caramelo.
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Reservas A través del teléfono 941 442 072.
Así, en su carta no puede faltar su pepito de entrecot, su burger de chuleta con mayonesa trufada o su tartar de gambas con mayonesa de miso. «Nos diferencia, igualmente, todo lo que tiene que ver con las carnes maduradas. Tenemos unas cámaras de maduración vistas al público, donde tenemos las carnes expuestas para dar opción al público de poder ver el producto con el que trabajamos», apunta. Dos propuestas que sobresalen, en esta línea, son su chuletón de vaca Simmental 30 días y su T-bone de vaca madurado en manteca 30 días. «Tratamos de coger siempre el mejor producto, pero intentando siempre ser competitivos. Por eso vamos probando distinto proveedores», detalla.
En Barra y Carbón potencian, igualmente, las raciones «hechas al momento, con un producto tradicional de calidad». Desde que abrieron no han cambiado esa primera carta y entre las raciones tienen un lugar destacado su tomata con ventresca, las chuletillas de cordero cortadas a mano y que van acompañadas de patatas fritas, los pimientos asados al carbón, el pulpo con parmentier y sobrasada o las mollejas de ternera con pimientos najeranos.
Rubén Pinillos se enamoró de la amplitud de espacios que ofrecía el local. La renovación, muy pensada, le permitía plasmar un concepto que tenía en mente y que en su otro gastrobar de La Laurel no podía desarrollar por tamaño. Así, cuentan con una gran barra que guía al cliente hasta el comedor, con capacidad para 24 personas. Frente a la barra, han colocado otra más –de menor anchura–, con sillas altas y donde también es posible cenar y comer de manera más informal. «Gracias a lo espacioso que es el local, estoy pensando colocar también unas mesas altas. Asimismo, estamos trabajando en el diseño de un menú del día, que pueda disfrutarse de lunes a domingo».
El local, que cuenta con un comedor para 24 personas, abrió sus puertas la semana previa a San Mateo
«Tratamos de coger siempre el mejor producto», destaca Rubén Pinillos, su propietario
Porque lo que caracteriza a Barra y Carbón, al igual que La Tabola, es el concepto informal, «en un ambiente agradable, en un sitio bonito y con un buen servicio». Esa amplitud les permite, asimismo, poder ofrecer un centenar de referencias de vino, en su mayoría de Rioja, y que abarca todas las gamas. «Al final tenemos una oferta para todos los gustos».
De la misma manera, la propuesta dulce busca poner la guinda a las comidas y cenas. En ella no falta la tarta de queso con helado de avellana. Pero, sin duda, está sobresaliendo su tarta de chocolate suave con helado de caramelo. «No es nada empalagosa y está triunfando».
Barra y Carbón busca convertirse en un referente de la calle, con un concepto completamente distinto y renovado. Un concepto pensado para «compartir, sin renunciar a la comodidad ni tampoco a la calidad del producto» con el que trabajan.
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