El Papa ordena reabrir el caso Rupnik, acusado de abusos psicológicos y sexuales

En un breve comunicado, la Santa Sede indica que, en septiembre, «la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores informó al papa de que había graves problemas en el modo en el que se manejó el caso del sacerdote Marko Rupnik y la falta de cercanía a las víctimas». Como consecuencia de esta queja -prosigue el escrito-, «el Santo Padre pidió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que revisara el caso y decidió levantar la prescripción para permitir que se lleve a cabo un proceso». El escrito añade que «el papa está firmemente convencido de que si algo debe aprender la Iglesia del Sínodo es a escuchar con atención y compasión a quienes están sufriendo, especialmente a aquellos que se sienten marginados por la Iglesia».

Esta decisión se produjo después de que algunas de las víctimas expresaran su pública repulsa por el hecho de que el papa se reuniera con la principal responsable del Centro Aletti, el taller de arte fundado por Rupnik, del que es ferviente defensora, y, sin embargo, no las escuchara a ellas, a las víctimas. Su alegato recibió infinidad de adhesiones.

«A la Iglesia no le importan en absoluto las víctimas y quienes buscan justicia», manifestaron entonces. También, que la «tolerancia cero ante los abusos en la Iglesia era solo una campaña publicitaria, a la que siguieron acciones a menudo ocultas, que, en cambio, apoyaban y encubrían a los perpetradores de los abusos».

Marko Rupnik fue expulsado el pasado mes de junio de la Compañía de Jesús, después de haber sido invitado a «emprender un camino de verdad y de confrontación con el mal denunciado por tantas personas que se han sentido heridas», que rechazó.

Como antes han hecho otros templos, en septiembre, las diócesis suizas de Lausana, Ginebra y Friburgo iniciaron una reflexión sobre qué hacer con las obras del exjesuita, ya que para muchas personas su presencia resulta ofensiva. En La Rioja solo puede verse en la catedral de Santo Domingo de la Calzada y en la iglesia de San Francisco de la misma ciudad.

En España realizó, además de las obras de arte de Santo Domingo, una capilla en la catedral de la Almudena, en Madrid, otra en la Conferencia Episcopal, y en Manresa. La doble vida de Rupnik, quien se ganó fama de místico por explicar con sus obras de un modo nuevo misterios de la fe, ha llevado a algunas instituciones religiosas a cancelar encargos de mosaicos de arte sacro, y en algunos lugares incluso se han planteado retirarlos.

Cuando se destapó el caso, Diario LA RIOJA preguntó al párroco y abad de la catedrald de Santo Domingo de la Calzada, Francisco José Suárez, a través de su corresponsal y por whatsapp, si estaba al corriente de las acusaciones sobre Rupnik cuando se le encargaron las vitrinas y si la situación iba a cambiar las relaciones con el artista. Su respuesta fue bloquear al periodista.

Las aportaciones de Rupnik en la catedral de Santo Domingo comenzaron en 2017, con la inauguración del rosetón; en 2019 concluyó la cripta del Santo; y en febrero de este año se instalaron las vidrieras, encargo realizado antes de salir a la luz los abusos pero inaugurado una vez ya conocidos.