La palabra y la música
La Filmoteca Rioja reemprende su actividad cinematográfica proponiendo, en un gesto de reflejos rápido, el pase del documental 'Amores brujos' (2025), de Lucía ... Álvarez, que se podrá ver a partir de las 19.30 horas en la sala Gonzalo de Berceo. Esta película, que cuenta con un elaborado guion de José Ramón Fernández y la colaboración en su escritura de Luis García Montero, llegó a la cartelera comercial el pasado 12 de junio. La Rafael Azcona se ha movido con celeridad y esta tarde presenta a su público un trabajo virtuoso, de riquísima forma audiovisual, que les va a hechizar.
Una de las razones que justifican su proyección tiene sello local. Uno de sus principales personajes que aparecen en la historia es la escritora de San Millán de la Cogolla, María de la O Lejárraga. La autora de 'Canción de cuna' es una de las piezas motoras de este magnético experimento fílmico cuya voz narrativa se acompasa con el genio musical de Manuel de Falla.
La dramaturga y activista, y tantas otras virtudes, que mantenía su prestigio y producción literaria en la sombra bajo el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra, mantuvo una intensa y creativa relación de amistad y colaboración con el compositor gaditano.
La firmante del cortometraje 'El olvido' subsana la escasa atención que el cine ha tenido por el responsable de la composición 'El amor brujo', creada con la ayuda y el pensamiento fijado en la novelista riojana, produciendo este vivo maridaje cultural y apasionante homenaje a dos inmensos artistas a través de un dispositivo visual de arrebatada belleza.
Lucía Álvarez y el actor Jesús Barranco dan vida, respectivamente, a María de la O Lejárraga y Manuel de Falla en la parte dramatizada cuyos diálogos nacen de la correspondencia que los dos mantuvieron gracias a una larga amistad reforzada por una admiración mutua.
En este hermoso y sofisticado trabajo, con resonancia de los ecos de Lorca y Juan Ramón Jiménez, no falta el furor por el flamenco. Asistimos a la visión de un Falla que vibra con el ardor del flamenco visualizado a través cantaores, bailarines y la presencia digital de Antonio Gades. Todo muy brujo.
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