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CRÍTICA DE MÚSICA

Dos conciertos a gran altura

Miércoles, 10 de mayo 2023, 02:00

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Después de la espléndida gala inaugural del viernes, Pablo & Friends, ya se podía prever un gran día musical para el sábado, pues dos de los 'amigos' que intervinieron junto con Pablo Sáinz-Villegas, con tantísima calidad, el flautista André Cebrián y la soprano Raquel Lojendio, actuaban a programa completo al día siguiente en Briones y Casalarreina. Y así fue.

André Cebrián, a sus 34 años, es un solista de flauta presente en las mejores salas de concierto del mundo e inquieto emprendedor de proyectos pedagógicos. Bajo el título 'Aires Gitanos' nos propuso un interesante repaso a la enorme influencia de la cultura gitana romaní en la música clásica con un itinerario fascinante por más de dos siglos, desde el hermoso Rondó gitano de Haydn hasta el sensibilísimo Romance de la luna, luna de Miquel Ortega (n. 1963). Mostró supremo virtuosismo en el Capricho gitano de Kreisler y aún más en la Fantasía Pastoral Húngara de Doppler, con su endemoniada czarda final. Lució exquisito fraseo intimista en la Canción gitana de Dvořák y delicadeza suprema en Scheherezade de Rimsky-Korsakov o en la preciosa Canción gitana de Manuel Infante. Tanto el final de la primera parte con Aires gitanos de Sarasate, como la Rapsodia nº 2 de Liszt que cerraba el concierto, elevaron la temperatura musical de forma incandescente con derroche técnico y expresivo. La emoción se desbordó en el bis final, en sentido recuerdo a la recientemente fallecida alcaldesa de Briones, Silvia Gordo, con la delicada Nana de Falla. Excelente concierto en suma, en el que también tuvo su parte destacada la pianista Irene Alfageme, sensible en el acompañamiento y brillante en sus momentos protagonistas.

Por la tarde era el turno de la soprano canaria Raquel Lojendio acompañada al piano por Chiky Martín en el monasterio de Santa María de la Piedad de Casalarreina y un completo programa repleto de canción española y sudamericana, más una gran segunda parte de ópera.

Raquel Lojendio asombra por su voz caudalosa y potente, su bello timbre aterciopelado, su técnica de emisión sin fisuras y especialmente por su capacidad para apianar y matizar delicadamente esos momentos excelsos en que brota la emoción en el canto. Inició el programa con cuatro de las Canciones populares de Federico García Lorca, con un canto sentido y paladeado, repleto de españolidad y energía. Puso en juego su potencia de emisión y su estilo en Marinero en tierra, colección de 5 canciones de Rodolfo Halffter sobre el poema de Rafael Alberti. Dio lo mejor en las cinco canciones del argentino Carlos Guastavino con un derroche de matices, de mesa di voce perfecta, de emoción y belleza a borbotones. Remató la primera parte de canción con las bellísimas Azulao y Modinha del brasileño Jaime Ovalle. ¡Precioso! La segunda parte se inició con unas buenas lecturas de Lascia ch'io pianga del Rinaldo de Haendel y Porgiamor de Las bodas de Figaro de Mozart, con sentidos fraseos. La excelencia se desbordó con la bellísima aria de Adriana Lecouvreur de Cilea Io son l'umile ancella de inmensa sensibilidad, y se acrecentó en las dos arias de Puccini: Un bel di vedremo de Madama Butterfly, en una versión conmovedora hasta la lágrima y Vissi d'arte de Tosca, cantada en pura excelencia. La compenetración al piano de Chiky Martín fue total, acariciando con maestría las frases delicadas y realzando el poderío vocal de la soprano en los momentos más intensos. ¡Un dúo perfecto!

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