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Apuntes a un logrado festival

CRÍTICA DE MÚSICA ·

Martes, 13 de septiembre 2022, 07:50

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Es curioso que un festival tan especializado como este tenga una masa de público tan numerosa y fiel en un Logroño apático en general con la música clásica. Este año hemos visto incluso aumentar apreciablemente el número de espectadores hasta alcanzar casi llenos en la sala de cámara de Riojafórum y eso a pesar de la ausencia de grandes iconos del panorama musical barroco. Está claro que algo se ha hecho bien en estos veinticuatro años de existencia de la Semana logroñesa.

En días anteriores les he comentado los tres primeros conciertos, que tuvieron un éxito estimable, y hoy me corresponde comentar el cuarto y último de los conciertos, que, sobre el papel, debía ser el más importante por la categoría del famoso grupo flamenco Il Gardellino, fundado hace ya treinta y cuatro años y con un apabullante historial de importantes actuaciones internacionales y premiadas grabaciones discográficas. Quizá por esas altas expectativas debo confesar que me defraudaron en ciertos aspectos de su actuación. Para empezar, era evidente, a la vista de la foto oficial del grupo que figuraba en el programa de mano, que faltaban varios puntales de la formación, especialmente en la cuerda (bien es verdad que allí estaba el fundador Jan de Winne, excelente flautista y el maravilloso violonchelista Ira Givol) y además se incorporaba un nombre ilustre en la música barroca de las últimas décadas, el clavecinista y organista Lorenzo Ghielmi, que tuvo un destacado protagonismo y también la soprano Miriam Feuersinger que redondeó una excelente actuación.

El concierto se iniciaba con la Suite orquestal nº 2 de Bach, cuya obertura sonó absolutamente atropellada y carente del carácter solemne que le corresponde. Ese barullo inicial se fue recomponiendo paulatinamente en las sucesivas danzas que desembocan en la famosa Badinerie, donde el flautista Jan de Winne mostró su excelente sonido y enorme virtuosismo. Otra obra muy esperada era el Concierto para clave BWV 1055 de Bach donde Lorenzo Ghielmi volcó toda su maestría y autoridad en una interpretación deslumbrante, a pesar de que quedase bastante apagada por el escaso volumen del instrumento utilizado y el exceso de volumen del resto del grupo (estas cosas no ocurren en las grabaciones discográficas, donde el ingeniero de sonido pone las cosas en su sitio). Lo mejor de todo el concierto resultó la Cantata nº 82a 'Ich have genug' (tengo lo suficiente) también de Bach, donde la soprano Miriam Feuersinger lució su bella e intensa voz y su preciosa adaptación al estilo barroco. Adornó con enorme belleza las tres arias que cantó y muy especialmente el aria central 'Schlummert ein' maravillosamente fraseada con los más bellos colores vocales. El grupo instrumental la acompañó al mismo excelso nivel, sobre todo el bajo continuo, notándose mucho y positivamente el liderazgo de Lorenzo Ghielmi.

Al éxito del festival contribuyeron también extraordinariamente las preciosas actividades complementarias, todas abiertas al público gratuitamente, como los cuatro aperitivos musicales en la terraza norte del Riojafórum, previas a los conciertos, a cargo de los participantes en la Academia de Música Antigua que se desarrollaba paralelamente a la Semana, que contaron con un nutrido y agradecido público, así como los pasacalles del viernes 9 a cargo del grupo vocal Egeria y el concierto final en la plaza de San Bartolomé con un programa centrado en varios hijos y familiares del gran J. S. Bach con la variada y meritoria actuación de los participantes de la Academia. ¡Un auténtico placer!

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