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CRÍTICA DE MÚSICA

Apoteosis final

Jueves, 18 de mayo 2023, 02:00

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Y llegó la espectacular clausura de La Rioja Festival 'Camino', con la esperada presencia del Orfeón Donostiarra, una de las agrupaciones corales más prestigiosas del mundo y con un programa muy popular de canciones de todos los tiempos. El coro venía en imponente formación de unas 80 voces, todos suntuosamente uniformados, acompañados al piano por Jon Urdapilleta y bajo la dirección de su titular José Antonio Sainz Alfaro, que tuvo el acierto de iniciar el programa con tres preciosos coros de zarzuela: las Seguidillas ('Por ser la Virgen de la Paloma') de esa joya del género chico que es La Verbena de la Paloma, cantada gloriosamente y con las acentuaciones castizas de rigor, seguida a continuación por la 'Ronda de los Enamorados' de La del Soto del Parral, cuyo comienzo («Al fin de la faena busco a mi mozo») no creo que haya sido cantado con más delicadeza y hermosura nunca, para redondear con el 'Vals del Caballero de Gracia' de La Gran Vía de Chueca, con intervención solista. El resto eran canciones muy conocidas como la habanera mexicana 'La golondrina' o 'La paloma' de Sebastián Iradier, la bellísima canción de cuna vasca 'Aurtxo seaskan' de Olaizola junto con el célebre zortziko de Pablo Sorozábal 'Maite', que popularizó Luis Mariano. No faltaron históricas canciones del cine, como Edelweiss de 'Sonrisas y lágrimas' cantada con inmensa delicadeza y exquisitez o 'Moon river' de 'Desayuno con diamantes' con preciosas mezza voce, sin faltar Carlos Gardel con 'El día que me quieras' o 'Bésame mucho'. En todo el concierto pudimos disfrutar de la excelencia de canto y del brillante timbre de este formidable coro, con un excelente acompañamiento del pianista Jon Urdapilleta y la original forma de dirigir de Sainz Alfaro, que también hizo graciosos comentarios. Eché en falta alguna obra coral de más fuste, bien de ópera o del precioso repertorio vasco, pero digamos que el público que casi llenaba Riojafórum disfrutó un montón.

Como el año pasado, a este solemne cierre sabatino del festival, le siguió una secuela dominical, que este año resultó un auténtico bombazo, con la intervención en el Teatro Doga de Nájera del joven (26 años) pianista español Martín García, que tiene ya a sus espaldas una impresionante carrera jalonada de éxitos y premios muy importantes. Nos dejó materialmente pegados al asiento con su magistral interpretación en la primera parte de la tremenda Sonata en si menor de Franz Liszt, terrible piedra de toque para todo gran pianista, que nuestro joven virtuoso pudo mostrar en todo su esplendor con un dominio técnico portentoso y una proyección artística deslumbrante, imprimiendo una potencia asombrosa en los pasajes más espectaculares o deslizando sus manos por el teclado con infinita delicadeza, acariciando las notas en los fraseos más íntimos. La media hora larga y agotadora de intenso trabajo y concentración, dio paso, tras un breve descanso, a otra obra de gran calado en el repertorio, como son los Estudios Sinfónicos Op. 13 de Robert Schumann, deliciosamente desgranados por este excelente pianista y brillantemente rematados con un deslumbrante Allegro Brillante final de cortar el aliento. No se olviden de este nombre, Martín García García, que está destinado a reventar las mejores salas de conciertos del mundo con su excepcional arte.

Sobresaliente en todos sus aspectos ha resultado esta segunda edición de La Rioja Festival, con un nivel artístico extraordinario, una magnífica acogida por parte de los múltiples públicos de toda la geografía riojana, con muy buenos aforos en casi todos los conciertos, y una eficiencia organizativa que ha garantizado el excelente desarrollo de este valioso festival.

¡Enhorabuena a Pablo, Sara y todo el fenomenal equipo que da vida al festival! A repetir.

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