Ver 16 fotos
Cerradas las bodegas, abierto el mirador de Villamediana
Las Jornadas de Puertas Abiertas se celebran en el cerro San Cristóbal con sentido reivindicativo, con doce puestos que ofrecieron catar el vino cosechero del barrio, con varias calles cortadas por derrumbes
El mirador del cerro de San Cristóbal albergó en la tarde del pasado sábado las 15 Jornadas de Puertas Abiertas de Villamediana de Iregua. Y lo hizo con un sentido reivindicativo ya que este año no se ha podido realizar, como todas las ediciones anteriores, en el barrio de Bodegas, exhibiendo los calados, por la situación de la zona, con muchas calles cortadas al paso por seguridad debido al hundimiento de muchos merenderos.
Una pancarta recibía a los visitantes en el mirador con el mensaje «Nos quedamos sin barrio. ¡Haced algo ya!». «Teníamos todo preparado, con diez bodegas para organizar el evento (una pena porque hemos llegado a tener veinte) pero hemos decidido celebrarlo en el mirador por una cuestión de seguridad», explica Guillermo Pérez, presidente de la Asociación y Organización para el Desarrollo Turístico y Recuperación de las Bodegas de Villamediana. La prudencia se ha impuesto, aunque los propios bodegueros del barrio animaron a volver a celebrar el evento y han cedido sus vinos, el mismo que ofrecían catar en sus calados, pero para beber en el mirador.
«Solemos vender unas 600 entradas cada año, aunque viene más gente, y por el riesgo de derrumbes no queríamos hacerlo en los calados sino aquí, más seguro, que, aunque no es lo mismo, las vistas son muy bonitas», añade Guillermo Pérez. Desde lo alto del cerro de San Cristóbal se divisa todo el Bajo Iregua y, al atardecer, la temperatura es más amable. La fiesta contrastó con la situación del barrio, donde el pasado mes de marzo se hundieron dos bodegas. Dos más.
«La solución, de momento, es poner vallas y no dejar acceder porque no reparan mucho. O nada», señala Guillermo Pérez al Ayuntamiento de Villamediana. La jornada, pese a todo, fue un éxito, con cientos de tiques vendidos, buen ambiente, doce puestos donde catar los vinos cosecheros de la localidad y la novedad convertida en un acierto, con 'food truck', barra de bar y la música en directo de la joven violinista logroñesa Adriana Fresno. «A la gente le gusta venir. Todo el vino es de bodegas de Villamediana. Aunque están deseando servirlo en sus bodegas, porque se sigue elaborando en los calados, con uvas de Villamediana. Nosotros queremos seguir haciendo la fiesta en el barrio, donde siempre», declara sin resignarse Guillermo Pérez.