El presunto parricida de Nájera usó un martillo para atacar a su madre

En la vivienda se encontraba el hijo de ella, J.R.G., de 47 años, quien, según pudo saber este periódico, se había intentado suicidar tras cometer el crimen, ocasionándose algunas lesiones punzantes en el pecho y un corte en las venas de la muñeca realizadas con un cuchillo. La mujer, según las primeras investigaciones, había fallecido como consecuencia de diversos golpes propinados, según los datos que han trascendido, por su propio hijos con un martillo.

El presunto parricida fue trasladado al hospital San Pedro, de Logroño, para ser atendido de sus heridas. A última hora de la tarde permanecía ingresado en el citado centro sanitario, donde era custodiado por las fuerzas de seguridad a la espera de que los sanitarios consiguieran estabilizarle para proceder a su detención e iniciar los trámites pertinentes previos a su puesta a disposición judicial. El Juzgado de Instrucción número 1, en funciones de Guardia, se ha hecho cargo inicialmente de este caso de violencia doméstica.

Al llegar al lugar del crimen, Guardia Civil y Policía Local procedieron a acordonar la zona, al mismo tiempo que la policía judicial se ocupaba de inspeccionar el interior de la vivienda donde se produjo el homicidio. Alrededor de las 18.15 horas hacía acto de presencia la autoridad judicial, quien, tras cerca de una hora en el piso, dio la orden del levantamiento del cadáver. Este fue trasladado en un coche fúnebre al Anatómico Forense, donde se le realizará la autopsia.

Según pudo saber este diario de fuentes no oficiales, el presunto autor del homicidio tiene un largo historial de problemas mentales, hasta tal punto de que sobre él había habido una orden de alejamiento de su propia madre, orden que, al parecer, caducó hace unas fechas, razón por la cual el sujeto se encontraba en el domicilio materno. Dichos problemas también le habían conducido en alguna ocasión a tener que ser ingresado en un centro de atención psiquiátrica.

El suceso causó una fuerte conmoción en Nájera, especialmente en los Barrios Altos, una de las zonas más populosas de la localidad, y donde la desafortunada víctima era muy conocida y apreciada, a tenor de los comentarios de los numerosos vecinos que se fueron congregando en la zona.

La muerte de la anciana en Nájera es el último corolario de un extraño primer semestre, en el que La Roja ha registrado tres crímenes violentos (homicidios o asesinatos).

La trágica cuenta comenzó el 28 de enero con la muerte de la pequeña Carolina Corral en una habitación del hotel Los Bracos de Logroño. Tras el suicidio de su abuela, la madre de la pequeña, Adriana Ugueto, será juzgada por asesinato en un caso que ha tomado el camino de ser enjuiciado por un tribunal popular.

Poco más tarde, el 18 de febrero, aparecía el cadaver de Pedro José Sáez en su casa de Logroño, con evidentes signos de violencia. El caso sigue siendo investigado, sin que hasta el momento se haya detenido a nadie por él.