El águila imperial Iulia se convierte en un nuevo emblema de Tierra Rapaz

De esta manera, se convierte en uno de los cinco únicos parques del mundo que cuentan con esta especie, emblemática y difícil de ver.

Explican que es endémica de la Península Ibérica y llegó a reducirse a 10 parejas en 1977, dando prácticamente por hecho su extinción.

A día de hoy se ha recuperado, aunque sigue siendo un baluarte de la conservación nacional.

«Entre las causas de amenaza se encuentran la desaparición y fragmentación del hábitat, la electrocución, las aspas de los aerogeneradores, la persecución humana, la falta de conejos, la contaminación y las enfermedades», señalan desde el parque calagurritano.

Iulia ha sido cedida por parte de la junta de Castilla y León, algo que confirma la confianza de los técnicos nacionales en la conservación de especies en este recinto riojano, que se considera puntero en cuanto a la gran calidad de sus instalaciones y a su apuesta decidida por la investigación y acogida de aves irrecuperables para la vida salvaje. Las envían desde toda la geografía de la península para evitar su sacrificio.

«En Tierra Rapaz les damos cuidados veterinarios permanentes, así como terapias comportamentales para adaptarse a su nueva vida, consiguiendo resultados increíbles, como el del alimoche Gaspar, que pasó de no poder saltar medio metro a realizar pequeños vuelos y ser todo un experto en romper huevos de avestruz, tal y como lo haría en la naturaleza», destacan sus responsables.

Citan otras rapaces como los buitres Gilbert y Lerín que «tienen el pulgar seccionado por choques con tendido eléctrico y aerogenerador respectivamente, esto les impide ascender en su vuelo y vivir en la naturaleza. Pero pueden recordar lo que es volar cada día, descendiendo a la carroña desde una inmensa torre de 45m, que fue instalada para este tipo de aves con una lesión, por desgracia, muy frecuente».

Son ejemplos de los numerosos casos tratados con éxito en este parque.

Respecto a Iulia detallan que «era un pollo de águila imperial nacida en el bosque mediterráneo de algún lugar de Castilla y León que tuvo la mala suerte de sufrir un accidente, no sabemos por qué, y le provocó una luxación grave del ala y una rotura de su cápsula articular. En su deambular por el suelo sufrió también lesiones en sus garras».

En estos momentos aseguran que «está totalmente curada de esas lesiones en sus garras y se mantiene su tratamiento de rotura articular que está mejorando mucho también, aunque esta lucha va a ser más complicada, esperando que se recupere en unos meses y pueda así tener una buena calidad de vida. Iulia ya se encuentra a día de hoy ejercitándose en un gran aviario diseñado y construido específicamente para la especie».

Tienen claro que esta águila se va a convertir en un emblema de conservación para los miles de visitantes de Tierra Rapaz, que presenta al público experiencias de aprendizaje, ciencia y diversión, tratando de acercarle de una manera muy didáctica y atractiva el amor por las aves y su conservación.

«Ahora, los visitantes que observen a Iulia podrán sentir la belleza infinita de lo que han estado a punto de perder por la mala praxis del ser humano y replantearse cómo comportarse en la naturaleza para poder proteger a especies como el águila imperial y sus hábitats naturales. En el futuro, Iulia formará parte también de estudios científicos sobre el comportamiento de esta especie y podrá incluirse dentro del plantel de cría nacional del águila imperial ibérica», terminan los biólogos de Tierra Rapaz.