Una bomba de paz, alegría y en femenino plural en Arnedo
El lanzamiento del cohete anunciador, a manos únicamente de mujeres y con presencia de banderas palestinas, abre las fiestas patronales por San Cosme y San Damián
En el nublado contexto internacional, decir bomba es viajar a odios e injusticias. En Arnedo, decir 'bomba' es sinónimo de unión, alegría y paz. ... Contradiciendo a la deriva internacional, significa decir que comienzan sus fiestas patronales por San Cosme y San Damián. Y esa celebración de confraternidad y felicidad reunió en el mediodía de este viernes a miles de personas en la plaza Nuestra Señora de Vico para vivir juntos el inicio de su semana grande, declarada fiestas de interés turístico nacional, que disfrutarán hasta el anochecer del 2 de octubre.
Unos minutos antes de las 12.00 del mediodía sonó el 'Himno de los Santos'. En los balcones del Ayuntamiento se abrazaron concejales, representantes de la juventud, miembros de las peñas. También en la plaza. Y todos se dejaron la garganta en un cántico emocionante que subraya, pese al enfrentamiento por la custodia de los mártires médicos, a los pueblos riojano y navarro. Serán los versos más entonados este sábado, día de su festividad, pero este viernes fueron símbolo de una ciudad en fiestas.
«¡Arnedanos, arnedanas, llenemos las calles de fiesta, aparquemos nuestras diferencias, compartamos nuestras tradiciones, vivamos días llenos de alegría, de hermandad y de paz!. ¡Y que esa paz llegue desde Arnedo a todos los pueblos del mundo!». Fueron las palabras llenas de significado de la alcaldesa Rosa Herce a sus vecinos e invitados antes de lanzar vivas a San Cosme y San Damián y, por tres veces, por Arnedo. Eso sí, como anécdota, y al igual que ocurriera en las de marzo por San José, la mecha no prendió y la alcaldesa tuvo que tirar de mechero.
Fue un lanzamiento del cohete anunciador que deja otra anécdota para la historia de la ciudad del calzado: se entonó por primera vez en femenino plural. Después de estrenarse en las fiestas de San José, este fue el primer chupinazo de las patronales de Rosa Herce como primera regidora. Junto a ella, sólo mujeres en el balcón principal del Consistorio: la representante de la juventud arnedana, Marta Núñez Pérez-Medrano, la pregonera de estas fiestas, la presidenta de la Fundación Francisca Bretón, y la edil de Festejos y Juventud, Sandra Rodríguez.
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Y en la plaza, cientos de personas. En el centro, un puñado de adolescentes lanzándose e impregnándose de harina hasta conseguir un perímetro sólo para ellos, alejando en la distancia a quienes no quieren pringarse, una práctica convertida ya en costumbre desde hace lustros que afea el cohete arnedano y le resta espectacularidad. Pero pasan los años y las generaciones y siguen apareciendo adolescentes con harina mientras los que van cumpliendo años se van apartado a los lados de la plaza de Nuestra Señora de Vico.
A los flancos de la plaza, las peñas con sus charangas contagiando con su música la alegría desde que estalló la 'bomba'. A la derecha de la balconada, como es habitual, La Chispa y sus verdes. En frente, compartiendo espacio, la Tao y la Lubumbas. A la izquierda, cientos de personas de todas las edades. Y, también, banderas de Palestina dejando ver en ese momento feliz el sufrimiento de un pueblo ante el genocidio que ejecuta Israel. Estuvieron presentes, sin interferir en ningún momento, pero dejando la imagen para la reflexión, conciencia y denuncia, como habían hecho media hora antes en la concentración en la Puerta Munillo.
También había habido otras concentraciones previas a la 'bomba': los de La Chispa almorzaron en su cuarto y estrenaron su nuevo himno, compuesto por Álvaro Castillo; los de la Lubumbas colocaron el pañuelo a los nacidos en el último año antes de encaminarse a la plaza con la charanga; los de la Tao echaron un trago al zurracapote antes de tomar el mismo camino…
En sentido inverso comenzó el desfile de la carroza con las representantes de la juventud arnedana, la Corporación y la Agrupación Musical Santa Cecilia. Tras ellos, a la velocidad sin prisa del disfrute, las peñas desfilaron por el centro con sus charangas mientras las terrazas y calles se llenaban de cuadrillas echando brindis calentados por un sol que se hizo veraniego. Las chaquetas se fueron a la cintura. Fue un día de calle y disfrute: la Lubumbas llenó República Argentina con su fiesta matinal, la Tao compartió comida de hermandad, las cuadrillas asados y calderetes... Un largo día para no descansar que bailó al atardecer en la verbena con la Orquesta Zoom en la Puerta Munillo, fue a los fuegos artificiales a medianoche y alargó la primera noche joven en la carpa de plaza de España.
La presencia de banderas de Palestina visibilizó el genocidio
Los colores de las fiestas arnedanas son los de las peñas: los blancos y rojos de la Tao y la Lubumbas y los verdes y blanco de La Chispa. A ese trío se unió este viernes el negro en el lanzamiento de la 'bomba' para formar la bandera palestina en brazos de decenas de vecinos de la comarca.
A iniciativa de un grupo de vecinos de la comarca, con el apoyo de la Acampada por Palestina de La Rioja, quisieron así mostrar «apoyo al pueblo palestino y denunciar el genocidio que, impunemente, está cometiendo el Estado de Israel contra éste y sus territorios». La primera acción fue la concentración en la Puerta Munillo a las 11.30, desde donde se desplazaron a la plaza Nuestra Señora de Vico «para mayor visibilidad de la causa palestina» en la apertura de las fiestas. Continuarán el domingo, de 11.00 a 15.00, con una mesa informativa en la Puerta Munillo.
Hubo más pancartas que llevaron protestas a la 'bomba'. Continuando con la que inició hace un año por la limitación de horarios y de fiestas nocturnas en su sede, la peña La Chispa portó una que rezaba «No permitas que La Chispa se apague. Ayuntamiento, vecinos, no nos rendimos». También otra con un guiño a la serie 'Aquí no hay quien viva' con la misma referencia y lamentando que las fiestas van a menos sin gigantada, sin toro de fuego y sin noches en su sede. La jornada inicial de las fiestas de San Cosme y San Damián fue de fraternidad y de felicidad.
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