Europa amenaza con levantarse de la mesa en la COP27: «Mejor no llegar a un acuerdo que firmar uno malo»

Así, aunque confiado en alcanzar un resultado positivo, dijo estar «muy preocupado» por los derroteros de las conversaciones a las que estaban asistiendo. «Estamos en la prórroga. La UE está unida en nuestra ambición de avanzar y construir sobre lo que acordamos en Glasgow. Nuestro mensaje a los socios es claro: no podemos aceptar que los 1,5 grados mueran aquí, hoy», ha alertado en su cuenta de Twitter.

El representante de Francia, en declaraciones a los periodistas, se pronunció en la misma línea. «No han producido un acuerdo capaz de contener el aumento de las temperaturas globales en esta etapa», ahondó.

En los borradores del texto final presentados hasta el momento se cita el 1,5º grados como límite de referencia. Pero nada sobre mecanismos concretos de mitigación de las emisiones, o la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en algún plazo. Ni siquiera compromisos concretos con porcentajes concretos de rebaja.

El comisario europeo responsable de las políticas verdes europeas anunció durante la semana pasada que Europa se comprometía a rebajar sus emisiones en un 57%, pero ningún país ha realizado ningún anuncio en este sentido. De ahí que insista en el citado objetivo como parte fundamental del acuerdo que todas las partes deberían firmar en breve.

El viernes, Europa manifestó su apertura a la creación de un fondo de compensación para los estados vulnerables a los daños del cambio climático, pero con la condición de que los países, especialmente China, firmen un compromiso mayor en la reducción de sus emisiones de carbono a la atmósfera.

También supeditó el apoyo a la creación de este nuevo recurso financiero a revisar quién debía aportar y qué países eran los que realmente debían recibir esta ayuda. Aquí la controversia apunta directamente a China, que ahora es ya una potencia mundial y que debería aportar como el que más por sus emisiones a este fondo. Pero este punto causa también fricción.

La ministra de Transición Ecológica, Teresas Ribera, que acompañó a Frans Timmermans durante las duras declaraciones realizadas a los periodistas y publicadas después en todos los canales de comunicación de la Unión Europea, reafirmó más tarde que sí existe la posibilidad de que la cumbre acabe sin un pacto (existen precedentes) y calificó el momento de «muy delicado».

«Hay que ser extraordinariamente solidarios con los más vulnerables pero, simultáneamente, la primera medida de solidaridad debe ser preservar que el riesgo no supere el 1,5º. En un mundo en el que el planeta vaya por encima de esta cifra, y alcance los 2,8º como realidad a la que todo apunta en este momento, será imposible encontrar recursos suficientes para paliar los daños del cambio climático», declaró la ministra española desplazada a Egipto.

Sobre las negociaciones, explicó que durante la noche del viernes la presidencia enseñó en pantalla (ni siquiera en papel para poder trabajar sobre ellos) una serie de documentos que se alejaban de los que las partes habían trabajando y que resumía una interpretación personal que habían hecho. «Han preferido hacer una lectura propia y compartir esa lectura propia como si fuera la base para el resultado final». Durante la tarde del sábado esperan ver todos los documentos y tomar una decisión final sobre la postura a tomar.

«A nuestro juicio -explicó Ribera- el acuerdo debe partir de una premisa importantísima: que sea coherente con los Acuerdos de París y que siga construyendo la lucha contra el cambio climático. No debemos ser cómplices de una decisión final en la que se acepte reducir la ambición o que se acepte que países responsables de grandes emisiones no tienen por qué contribuir. Yo creo que esto se entiende claramente. Queremos contribuir financieramente, sabemos que se necesitan grandes dosis de solidaridad, pero no podemos quedarnos con las propuestas de algunos que lo que quieren es quedar blindados para no tener que incrementar su ambición», en alusión a China, principalmente.

Sameh Shoukry, presidente de la cumbre climática COP27, dijo por su parte que «el texto (borrador) mantiene vivo el 1,5», refiriéndose a un objetivo, ya consagrado en cumbres climáticas anteriores. Así que volvió a pedir a las naciones que «estén a la altura de las circunstancias», ya que el éxito de la conferencia pende de un hilo.

Hablando un día después de que se suponía que terminaría la cumbre, Shoukry agregó que sabía que había mucha «insatisfacción» entre todas las partes, pero pidió a las naciones que mostraran determinación para llegar a un consenso.

«La cuestión ahora recae en la voluntad de las partes. Son las partes las que deben estar a la altura de las circunstancias y asumir la responsabilidad de encontrar las áreas de convergencia», dijo.