La falta de mano de obra para la poda, un problema para los agricultores
La poda resulta esencial para conseguir una fruta de calidad
Además de la recolección de verduras (coliflor y brócoli), en esta época invernal destacan las labores de poda en el campo riojano. En Rincón de Soto ... José Julián Sainz Ruiz se afana en esta tarea en una finca de pera ercolini.
Se dedica principalmente al cultivo de frutales (pera conferencia, ercolini, limonera, nectarina, paraguayo y albaricoque), también algo de viña y explica que la poda se inicia en noviembre cuando comienzan a caerse las hojas en hueso. Es preferible en ese momento cuando finaliza el ciclo vegetativo porque tiene todavía algo de savia, o cuando empieza a mover, a partir de febrero.
La manzana también se poda a partir de noviembre, indica José Julián y se continúa con los perales hasta febrero (depende de la cantidad hay quien llega hasta mediados de marzo). Eso sí, hay que evitar estos trabajos en los días de heladas.
«La poda de hueso, sobre todo el melocotón y la nectarina, se diferencia porque tiene las flores en el ramo mixto (del año). Sin embargo en pepita es rama de dos o tres años», expone el fruticultor rinconero.
La gran mayoría utiliza para estos menesteres las podadoras neumáticas que llevan tres o cuatro tijeras, ideales para grupos, y se alimentan con gasolina o gasoil. Al que va solo puede servirle la eléctrica, aunque resulta un poco más lenta y tiene que llevar encima el peso de la batería.
José Julián corta las ramas con la neumática, primero en el suelo y luego sobre una plataforma con un tractor para llegar a las partes altas de los árboles evitando las escaleras.
«La poda es esencial por dos razones: para que todos los años tenga fruta el árbol en los sitios donde queremos que esté (en las ramas principales donde hay más cantidad de savia) y para que sea de calidad», señala el agricultor riojabajeño y añade que «si lo dejásemos sin podar la flor iría a las partes de fuera y adentro se envejecería al no entrar el sol y quedaría sin brotes».
Los restos que quedan en el suelo se trituran con una máquina y se convierten en materia orgánica de aporte al suelo.
«El problema actual de la poda es la falta de mano de obra especializada. Antes se decía que podaba hasta un burro, porque se ataba al árbol y mordía cuatro ramas, pero está claro que no es así, resulta más complicado», asegura José Julián.
«La poca gente experta busca trabajos más estables y no abunda. Esto conlleva que cada vez se pode peor y se tiende a tener formas planas en las plantaciones para que sea más fácil el proceso de podar que, en definitiva, busca renovar las ramas fructíferas para que siempre puedan tener fruta», termina.
Jornada de poda en el olivar
Estos meses también es tiempo de poda de otros leñosos como la viña y el olivo. El 2 de marzo por la mañana tendrá lugar en Viveros Provedo de Varea una jornada formativa de poda del olivar del Consejo Regulador Aceite de La Rioja, financiada por la Unión Europea en colaboración con las administraciones central y regional.
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