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Balda oficia una misa por los diez años de casada de Chaouqui y Corrado Lanino.
Los amores prohibidos de Vallejo Balda

Los amores prohibidos de Vallejo Balda

Chaouqui insinúa que el cura le confesó haber mantenido una relación homosexual en Astorga

PÍO GARCÍA

Viernes, 18 de marzo 2016, 01:17

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logroño. El culebrón del Vaticano promete nuevos e inesperados giros argumentales. En su cuenta de Facebook, Francesca Immacolata Chaouqui acaba de publicar un juguso aperitivo, casi un tráiler de lo que sucederá durante su comparencia ante el tribunal de la Santa Sede. Dice Francesca que hasta ahora solo ha «negado» lo que sucedió aquella noche en Florencia entre ella y el sacerdote riojano Lucio Ángel Vallejo Balda, pero que ahora pasará al ataque: «Ya me toca a mí. Contaré con todo detalle lo que pasó. Lo que Lucio temía que todo el mundo llegase a saber. Por primera vez traicionaré a un amigo, pero no tengo elección».

¿Y qué pasó aquella noche? ¿Qué aterrorizaba al sacerdote de Villamediana? En su comparecencia ante los jueces de la Santa Sede, Vallejo Balda insistió en que había filtrado los documentos secretos del Vaticano atemorizado por su antigua colaboradora, con la que había mantenido una relación sexual en un hotel florentino, en la noche del 28 de diciembre del año 2014. En su apoyo, Vallejo Balda exhibió un correo electrónico remitido por Francesca. Decía: «Aquella noche en Florencia yo no fingía. Tú, en cambio, sí. Recuerda aquella velada. Te quiero».

«Juegos de amor en Astorga»

Francesca explicará su versión ante el tribunal. Pero en la noche del miércoles publicó en Facebook un notable anticipo: «Estábamos en Florencia con su madre. Ella dormía. Él y yo estábamos sentados a una mesa, a dos metros de distancia del dormitorio... Balda casi lloraba. Me hizo una confesión; algo que me dijo que sólo yo sabía. Le escucho. Lloro con él. Entiendo su drama, de hombre y de sacerdote. Pero él es mi amigo. Y los amigos lo son siempre, esconda lo que esconda su pasado. Yo era sincera... Sincera al decirle que no importaba a quién había amado, que no importaba de qué sexo fuera aquella persona y lo que se hubiera derivado de aquellos juegos. Astorga quedaba muy lejos. Ninguno lo sabía en Roma. Y así acabó aquella noche, entre lágrimas y promesas de que siempre seríamos amigos».

Para ilustrar su post, Francesca cuelga varias fotografías. Ella y su marido, Corrado Lanino, celebraban diez años de matrimonio. Era el 2 de octubre del 2013 y el oficiante era... Vallejo Balda. La relaciones públicas busca así demostrar que, en contra de lo que sostiene el cura de Villamediana, su casamiento no es ninguna tapadera. «Corrado y yo queríamos renovar las promesas nupciales y en seguida pensamos en Vallejo Balda. Era un héroe para mí, el sacerdote guerrero que quería limpiar toda la porquería del Vaticano». Las fotografías lo muestran oficiando la misa y luego posando con sus amigos, «como si fuese uno más de la familia».

La relación entre ellos se fue resquebrajando después de aquella velada en Florencia. Francesca no revela la causa, aunque asegura que Vallejo Balda temía que ella contara la confesión que le había hecho entre lágrimas: «No toleraba que le reclamase que se portara mejor porque su comportamiento de locos también me comprometía a mí. Entonces se desencadenó la batalla y empezó a hablar mal de mí». Chaouqui asegura que solo al oír las declaraciones del cura riojano ante el tribunal había decidido desvelar el secreto de Lucio: «Me veo obligada a hacerlo por amor a mí misma y por la verdad que le debo a mi hijo».

A falta de lo que decida el tribunal de la Santa Sede, una cosa podemos concluir ya: Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Immacolata Chaouqui no han cumplido su promesa de eterna amistad.

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