Sanz alienta al consenso entre todas las autonomías como clave para superar la crisis

Ante una audiencia formada por más de 300 invitados y en el marco del histórico Hotel Ritz, el mandatario riojano insistió en el «fortalecimiento del Estado» como llave, junto a otras medidas económicas, para superar la situación que atraviesa el país.

Y es que, según argumentó, «siempre que se produce un gobierno en minoría en este país surge la misma tentación por parte de los partidos minoritarios de corte nacionalista: poner contra las cuerdas una vez sí y otra también al Ejecutivo para forzar situaciones de ventaja respecto a un territorio, creando discriminaciones y rompiendo el marco de estabilidad».

La fórmula expresada por Sanz se completa con la necesidad de ahondar y consensuar una batería de principios éticos en la acción de gobierno. Un cóctel que, a su juicio, incluye conceptos como «el sacrificio, el compromiso, el respeto, la libertad, la dignidad y la búsqueda del bien común por encima del bienestar individual».

Para el presidente del Gobierno riojano, esta postura se contrapone a la adoptada por el presidente de España en la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica. «José Luis Rodríguez Zapatero no ha seguido la norma de comportamiento lógica y responsable de escuchar a todos por igual», lamentó Sanz, para censurar la «falta de concreción y trasparencia» del documento presentado.

Recordó aquí el mensaje transmitido personalmente a Zapatero al respecto hace menos de una semana en el Palacio de la Moncloa: el reparto de fondos debe guiarse por el principio de igualdad interregional y ha de contemplar singularidades riojanas como el 'efecto frontera'. «Si no fuera así, ese modelo de financiación no contará con mi firma», sentenció.

Diagnóstico y futuro

No fue ésa la única referencia directa a Zapatero y a su política económica. En su análisis de la situación, Sanz restó validez a una serie de lugares comunes sobre la actual crisis como su imprevisibilidad -«adoptar algunas medidas de peso con antelación en vez de negar lo evidente por intereses electorales podría haber amortiguado los efectos»- o el hecho de que España no tenga ni responsabilidad ni soluciones por ser un fenómeno de alcance internacional.

Tampoco confió el presidente riojano en que «el voluntarismo propagandístico contribuya ahora a crear confianza en los ciudadanos». Las actuaciones encaminadas a inyectar liquidez a bancos y cajas no han tenido por ahora traslación real a empresas ni familias, las políticas para reorientar el sector inmobiliario tropiezan con dificultades para su aplicación práctica y la inversión del Gobierno central en obra pública para dinamizar la economía tiene un «nulo impacto» en el caso de La Rioja. Esa es la lectura que ofreció ayer Sanz sobre el «contumaz error» de la política económica del Ejecutivo central socialista.

El presidente regional volvió aquí a hilvanar su apunte con la idea central de la intervención: «Ahora es más necesaria que nunca la sintonía entre todos para salir adelante; sin embargo, el Gobierno de España lanza continuas cortinas de humo para desviar la atención con temas como la memoria histórica, el aborto o a la eutanasia». «Está tratando de dividir y enfrentar a la sociedad española», afirmó en el que fue quizás el ataque más duro al inquilino de La Moncloa.

Clave económica

En clave puramente económica, Sanz aprovechó el altavoz que ofrece el Foro de la Nueva Economía para repasar tanto la evolución de los diferentes indicadores riojanos desde 1995 hasta ahora como las medidas pergeñadas por su Ejecutivo para amortiguar los efectos de la crisis en cinco frentes: dotar de liquidez a las empresas, fomentar los procesos emprendedores, poner en valor la industria del conocimiento, desarrollar infraestructuras de suelo industrial y otras «medidas por el futuro» que incluyen desde un programa de márketing para atraer inversiones hasta un plan de dinamización del sector inmobiliario.

«La Rioja ha avanzado mucho los últimos 14 años; queremos que siga siendo así y España dé ejemplo de determinación a la hora de gestionar un cambio insoslayable», concluyó el presidente riojano.