Eva Mónica Viedma Empleada en una caseta de animación a la lectura
Eva Mónica Viedma ·
Este verano es el primero que trabaja «para sacarse un dinerillo» y reconoce que está exprimiendo mucho mejor sus momentos de descansoLuis Javier González
Viernes, 22 de agosto 2025, 00:03
Eva Mónica Viedma (3 de agosto de 2003) ha debutado en el mercado laboral en la caseta de animación a la lectura del Ayuntamiento de ... Segovia en La Albuera. Lo suyo con este empleo es vocacional porque estudia Magisterio. Una compañera puso la oferta en un grupo de WhatsApp y se subió al carro, aprovechando que sus amigos están trabajando en un campamento en Holanda. Reivindica el esfuerzo de su generación mientras busca la rendija para un fin de semana en la playa.
– ¿Qué hacía otros veranos?
– Descansar, quedar con mis amigos, muchos planes familiares, irme de vacaciones... Está siendo un verano diferente. Aunque es un trabajo que se disfruta si te gusta la lectura, estar en los niños, con público... He tenido la suerte de que no piden experiencia como requisito previo.
– ¿Cómo lo ha planificado?
– Al principio era complicado porque es media jornada en horario partido: dos horas por la mañana y otras dos por la tarde. Como llego a las nueve a casa, intento cenar por ahí con mis amigos o salir por las noches a dar una vuelta. Y los fines de semana aprovecho para hacer más planes de verano como piscina, una comida con sobremesa o irnos un día entero al río o a dar un paseo.
– ¿Aprovecha más el tiempo?
– Sí, completamente. Cuando tienes más tiempo libre, te vuelves vago.
– Lo suyo este verano suena a trabajo vocacional.
– Es algo de disfrute porque está conectado con mi futura profesión. Aunque no deja de ser por motivos económicos: quien trabaja en verano busca sacarse un dinerillo para sus gastos.
– ¿Dónde está el disfrute?
– Como hacemos talleres de animación a la lectura hay un trato muy cercano con los niños. Ahora, en vacaciones, parece que se puede fomentar de manera más lúdica. Luego, viene mucha gente mayor del barrio a por periódicos o a preguntarte qué tal estás.
Con el abanico en la mano
– ¿Cómo recomienda los libros?
– Están catalogados por edades. Les puedes preguntar gustos, pero cuando no saben muy bien qué decirte, tiras por cuentos tradicionales como 'Caperucita Roja' o 'Pinocho'. Nunca pasan de moda.
– ¿Por qué lee?
– Empecé desde muy pequeña. Te permite fantasear con otras cosas que no son tu vida real. Olvidarte un poco del día a día y no estar continuamente estudiando o trabajando.
– Quizás leer algo de nieve en un día de calor refresque…
– Ja, ja, ja... Apetece, pero tengo la sensación de que cada libro llega en el momento adecuado para cada persona. Tendemos a leer más de la época en la que estamos.
– ¿Hace calor en la caseta?
– Está a la sombra, pero sí. Lo intento combatir con mucho ánimo o con agua. ¡Y un abanico nunca viene mal!
– ¿La gente se queda en casa?
– En un parque ocurre lo contrario que en una piscina. Los días de calor pasan más lentas las horas, hay menos afluencia... Yo suelo centrarme en programar actividades o colocar los libros.
– ¿Desmitifica con su trabajo la idea de que los jóvenes viven del cuento?
– Muchas veces se nos tacha de vagos y no lo tenemos tan fácil. Las cosas son cada vez más caras y más complicadas de conseguir. Creo que tratamos de sacarnos las castañas del fuego y buscarnos la vida de la manera que podemos. En mi caso, el verano es la época en la que puedo hacerlo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión