«No es un corral sino el único vestigio del circo»

- ¿Qué valores tenía Calahorra para ser un municipio romano e incluso contar con grandes infraestructuras como este circo?

- Cuando Augusto concede hacia el año 30 a.C. a Calagurris la condición de municipio de derecho romano supone el avance y afianzamiento del poder de Roma en el Valle del Ebro, en un momento previo a las guerras cántabras. La municipalización de la ciudad y la condición de ciudadanos romanos a sus habitantes implica la monumentalización de la ciudad con edificios como el circo, y muy probablemente un teatro, del que quizás podamos encontrar sus restos.

- ¿Qué documentos de los que ha estudiado arrojan más luz sobre la existencia del circo de Calagurris?

- A partir del XVII diversos autores recogen la existencia de ese edificio, e incluso a finales del XVIII, Llorente aún habla de que su planta es totalmente identificable. Fotografías de principios de siglo XX del Archivo Bella, sondeos arqueológicos llevados a cabo en diferentes solares, las cerámicas de Gayo Valerio Verdulo del alfar de La Maja e incluso como Amigos de la Historia hemos sido testigos en estas últimas décadas de la aparición de restos vinculados a este edificio.

- A pesar de que apenas quedan restos, ¿sería interesante promover alguna iniciativa para situar el circo en el Mercadal?

- Lo que queda a la vista es tan solo una canalización de la calle Teatro, trasladada a la Era Alta, y una pequeña canalización y muro de unos pocos metros correspondientes al hemiciclo frente al centro comercial. Es necesario, y así lo solicitaremos, la colocación de un panel informativo en el paseo y el adecentamiento y ajardinamiento del espacio donde se encuentra la única pared del edificio a la vista, porque no es la pared de un corral sino el único vestigio del circo de Calagurris.