China registra la jornada con el mayor número de víctimas

Afortunadamente, el número de nuevos contagios se redujo por cuarto día consecutivo, y la propagación del coronavirus fuera de la provincia de Hubei -epicentro de la infección- continúa ralentizándose. Así, parece que se está cumpliendo el modelo predictivo desarrollado por Zhong Nanshan, líder de los especialistas despachados por el gobierno chino para contener la epidemia, según el cual el coronavirus ha alcanzado ya su apogeo y, poco a poco, irá infectando a menos gente. No obstante, las Autoridades del gigante asiático subrayan que no se puede bajar la guardia, y que solo se podrá cantar victoria manteniendo las drásticas medidas que han logrado contener la epidemia. Si Zhong está en lo cierto, en marzo se podría decretar el fin de la crisis sanitaria.

Hasta entonces, Hubei continuará en cuarentena y más de 55 millones de personas no podrán moverse. Fuera de allí preocupa el regreso escalonado al trabajo, que comienza hoy en muchas ciudades, incluida Shanghái. En la capital económica de China ayer se registró un incremento en el flujo de llegadas por tren y por carretera, pero fue muy inferior al que otros años provoca la 'operación retorno' de las vacaciones del Año Nuevo Lunar. De hecho, el tráfico continúo siendo mucho más fluido que el de un día normal. Por su parte, el aeropuerto, en el que los pasajeros deben someterse a tres controles de temperatura antes de tomar un avión, aparecía desierto.

En cualquier caso, multitud de empresas también han optado por prevenir antes que curar y han pedido a sus empleados que trabajen desde sus casas. Además, la mayoría de las fábricas no retomará la actividad hasta dentro de una semana. Esta coyuntura supone una gran amenaza económica para la segunda potencia mundial, pero el Partido Comunista prefiere concentrar el daño en el primer trimestre y evitar así que la debacle se extienda a las cuentas del conjunto de 2020. La excepción a este parón está en las compañías que fabrican material médico, y que trabajan ya al 73% de su capacidad para suplir la escasez que afecta al país. En Hubei, el vicegobernador Cao Guangjing estimó que la provincia todavía recibe solo el 80% de las mascarillas y los trajes protectores que necesita.

El turismo, lógicamente, también se está viendo seriamente afectado. A las restricciones impuestas por diferentes países y la cancelación de numerosos vuelos, ayer se sumó la prohibición de que ciudadanos chinos viajen a bordo de los cruceros de varios operadores, entre ellos Royal Caribbean y Norwegian cruises. En Hong Kong, la entrada en vigor de la cuarentena de 14 días obligatoria para todos los que lleguen a la excolonia británica desde la China continental, hizo que el número de viajeros se desplomase de 60.000 a solo 9.000, y las Autoridades ordenaron la reclusión de 161 personas.

Los residentes locales tendrán que permanecer encerrados en sus casas, mientras que el resto será puesto en cuarentena en hoteles o en instalaciones gubernamentales habilitadas ex profeso. Esta situación complica aún más la vida de miles de chinos desperdigados por todo el mundo que no pueden regresar a sus hogares, ya que el número de rutas aéreas y terrestres que conectan al gigante asiático con el resto del planeta se ha visto dramáticamente reducida.