Toros
Firmeza de Urdiales frente a lo imposibleLas dos faenas del torero de Arnedo acabaron con silencio de los espectadores
Cuando un torero llega a Madrid lo hace con la ilusión de un niño en la mañana de Reyes, da igual cuan veterano sea el ... diestro, Madrid siempre es Madrid. A veces el toro no quiere –o no puede– como el primero de El Pilar y la ilusión empieza a ceder algo de terreno al cabreo. El abreplaza no enceló en las telas y embistió con la cara arriba. En el trasteo inicial perdió un par de veces los apoyos. Urdiales lo consistió y sostuvo a media altura al flojo burel. El viento tampoco ayudó. Tomó la zurda y la cosa no mejoró. El coletudo tuvo que tomar la tizona porque era imposible poder armar la faena. Optó por la suerte natural y acabó haciendo uso de la cruceta.
Apenas se definió de salida el cuarto que no veía bien. Por obra del viento la muleta del riojano formaba una paralela con respecto al piso. Urdiales enrocó los talones sobre el albero, citó con firmeza e hizo un gran esfuerzo ante un animal que tuvo mucho peligro. Cada muletazo fue un triunfo doble porque lograba burlar a Eolo y ganar la intención del animal. Con habilidad dejó una estocada entera en muy buen lugar.
Plaza de toros de Las Ventas
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Feria. Segunda corrida de San Isidro.
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Toros de El Pilar: primero y cuarto pitados en el arrastre. Quinto y sexto fueron devueltos y salieron un ejemplar de Castillejo de Huebra y otro de Villamarta.
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Diego Urdiales, de catafalco y oro, silencio y silencio.
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Diego Galván, de lila y oro, vuelta tras dos avisos y vuelta al ruedo.
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Víctor Hernández, de fucsia y oro, oreja y ovación tras aviso.
Galván saludó por airosas verónicas al segundo del festejo y planteó la faena a media altura. Exprimió el pitón izquierdo midiendo los tiempos y con temple. Acortó la distancia con la diestra y remató por manoletinas. Escuchó dos avisos. Vuelta al ruedo. El quinto bis fue un astado corretón de Castillejo de Huebra al que Galván toreó por abajo. Echó la pañosa a la zurda y buscó el equilibrio en el toque. Firmó muletazos con mucha expresión ante un cornúpeta que no tuvo finales. Apostó por la diestra y logró algún pase desmayado pero faltó continuidad. Anduvo certero con el tapabocas. Salió suelto el que hizo tercero. No hubo orden en varas y apretó en banderillas.
Víctor Hernández inició el trasteo intentando librar el viento. Fue sorprendido en más de una ocasión con la muleta retrasada. Los mejores pasajes llegaron al natural cuando el madrileño se colocó con franqueza y logró muletazos extraordinarios en un esfuerzo de colocación y saber esperar. La estocada quedó un poco desprendida y paseó una meritoria oreja. Al sexto bis de Villamarta le costó centrarse en el capote de Hernández. El inicio por estatuarios hizo el silencio. La firmeza fue el todo de una actuación serísima y sin ambages. Pinchó el triunfo.
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