Guterres, en la Cumbre del Clima de Brasil: «La historia recordará lo que aquí se decida»

Sobre estos últimos, los posibles compromisos, Guterres volvió una vez más a reprender a los países, en el tono de crítica severa que ya resulta habitual en su discurso inaugural de la COP. Así, pidió «valentía» a la hora de tomar medidas. Estas tienen como objetivo, enumeró: «Alcanzar el pico de emisiones de forma inmediata, aplicar recortes esta década, acelerar el abandono de los combustibles fósiles y salvaguardar la salud de los grandes sumideros naturales de carbono como los océanos y los bosques. No podemos permitirnos más 'greenwashing' ni más jugarretas legales».

Para alcanzar este ambicioso escenario, que a día de hoy ni se vislumbra, pidió una hoja de ruta que quede plasmada en el documento que, previsiblemente, firmarán los países al finalizar el encuentro. «La historia recordará lo que decidamos aquí. Es la cumbre de la verdad», sentenció.

Sus palabras dieron paso a la intervención de la secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, Celeste Saulo, quien lanzó un mensaje muy claro a los mandatarios reunidos: «2023, 2024 y 2025 han sido los años más calurosos jamás registrados y los últimos once años, desde 2015, habrán sido individualmente los once años más cálidos en los 176 años de registro de observaciones».

Los datos de los científicos no dejan mucho lugar a dudas. El calentamiento global avanza en un contexto en el que las emisiones de gases de efecto invernadero –que retienen el calor de la atmósfera y el del océano– alcanzaron niveles récord en 2024 y han continuado su escalada en 2025.

«Esta racha sin precedentes de altas temperaturas, combinada con el aumento récord de los niveles de gases de efecto invernadero del año pasado, deja claro que será prácticamente imposible limitar el calentamiento global a 1,5 °C -objetivo de los Acuerdos de París- en los próximos años sin sobrepasar temporalmente este objetivo. Pero la ciencia es igualmente clara en que sigue siendo totalmente posible y esencial reducir las temperaturas a 1,5 °C para finales de siglo», declaró la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo.

Aunque parezca contradictorio, Saulo se refiere a que, puntualmente, el clima actual está superando esa línea roja. Lo ha hecho en años como el fatídico 2024. Pero a lo que aspira la comunidad científica es evitar que, a final del siglo, el clima se haya instaurado definitiva y permanentemente por encima de este umbral, que dificultaría la vida tal y como la conocemos en estos momentos.

Sobre las consecuencias para la vida y las economías que un incremento de las temperaturas tendrá, Guterres insistió ante el plenario: «Cada año que superemos los 1,5 grados asestará un duro golpe a las economías, profundizará las desigualdades e infligirá daños irreversibles. Debemos actuar ahora, con gran rapidez y a gran escala, para que este sobrecalentamiento sea lo más pequeño, breve y seguro posible, y lograr que las temperaturas vuelvan a estar por debajo de 1,5 °C antes de que termine el siglo», apoyó el secretario general de la ONU.

Ninguna entidad se ha mostrado optimista con respecto a la posibilidad de lograr este reto que señaló Guterres, especialmente en un contexto político de potencias negacionistas del cambio climático como Estados Unidos o un devenir de la economía donde el uso de combustibles fósiles sigue vigente.