Entran en la iglesia evangélica de la Parte Vieja de Miranda en busca de los restos de Marisa
Un operativo accede en el edificio de calle Las Escuelas al sospechar que la mujer puede estar allí emparedada
Raúl Canales/ Toni Caballero
Jueves, 16 de enero 2025, 10:46
La reapertura del caso de Marisa Villaquirán ha llevado a las fuerzas de seguridad hasta la Iglesia Evangélica Filadelfia, ubicada en la Parte Vieja. Agentes ... de Policía Nacional acaban de entrar este jueves el espacio de culto en busca de los restos de la mujer desaparecida hace veinte años, ya que nuevas pistas indican que podría haber sido emparedada en el interior del espacio religioso.
Desde primera hora de la mañana, cuando aún no había amanecido, según relatan algunos vecinos del barrio a El Correo, ya se percibía mucho movimiento en esa zona de la ciudad, donde la presencia de efectivos policiales de paisano y vehículos camuflados tomando posiciones en el entorno de ese inmueble situado en la calle Las Escuelas llamaba la atención. Poco antes de las ocho de la mañana el fuerte operativo organizado por la Policía Nacional era evidente, al sumarse efectivos de uniforme y coches corporativos.
Las nuevas pistas que maneja la policía les llevan a sospechar a las autoridades que el cadáver pudiera estar escondido en el edificio ubicado en calle Las Escuelas. Tras dar traslado a la Policía Judicial de todas las pesquisas realizadas, se activó el protocolo oportuno en Burgos y se solicitó la pertinente orden judicial para entrar en el inmueble. Los trámites burocráticos se han llevado con extrema discreción en las últimas semanas.
Así ha sido hasta hoy, cuando ya un grupo de agentes revisa la iglesia en busca de los restos de la mujer, que tenía 38 años cuando desapareció aquél 7 de diciembre de 2004. Pasadas las ocho y diez de la mañana, una vez acordonada la zona, los agentes accedían al interior del inmueble acompañados del pastor de la iglesia, al que se había notificado la entrada y abría la puerta para un registro en el que está presente y en el que van a tener un papel relevante los medios técnicos de geolocalización.
Por el caso de la desaparición de Marisa Villaquirán, que conmocionó a la sociedad mirandesa, fue condenado su exmarido Rafael Gabarri, que ha cumplido 14 años y 4 meses de prisión por un delito de detención ilegal ya que, a pesar de que los investigadores siempre tuvieron la certeza de que Marisa estaba muerta, no se le pudo juzgar por asesinato al no aparecer nunca el cuerpo.
En un primer momento la búsqueda se centró en el vertedero y se utilizaron todo tipo de medios sin éxito. El exmarido aseguró siempre en su declaración que tras haberla introducido por la fuerza en un coche y llevado a San Juan, la dejó posteriormente en el Puente de Hierro, pero las fuerzas de seguridad y los jueces nunca creyeron esa teoría de la fuga voluntaria. En 2017, una nueva hipótesis hizo que se retomara la investigación, aunque fue descartada rápidamente.
Cuando se cumplen veinte años de la desaparición, ha surgido una nueva línea de investigación que al parecer presenta credibilidad para la Policía Judicial. La llamada anónima daba pistas bastante fidedignas sobre el que podría ser el paradero de Villaquirán, y tras una ardua labor de tres meses, en los que se ha llevado el tema con el máximo sigilo, se ha decretado la entrada en la iglesia evangélica.
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