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El grupo de mujeres artistas riojanas reunido por Diario LA RIOJA posa en la estación de trenes de Logroño. :: SONIA TERCERO
Mujeres artistas de La Rioja toman la palabra

Mujeres artistas de La Rioja toman la palabra

Representantes de varias disciplinas debaten para Diario LA RIOJA sobre el papel de la mujer en las artes | «Vivimos en una sociedad machista», critica Susana Baldor, y Rosa Castellot afirma que, «si se quisiera realmente, las mujeres tendríamos las mismas oportunidades»

DIEGO MARÍN ABEYTUA

Jueves, 8 de marzo 2018, 18:07

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«En mi campo no he sentido discriminación por ser mujer pero, sin embargo, el hecho de ser madre sí ha supuesto una bajada enorme de la intensidad laboral. Conciliar el trabajo con la vida maternal ha sido muy duro para mí», confiesa la escultora riojana Mapi Gutiérrez. En su caso, el hecho de ser madre de dos hijas ha condicionado su tarea artística porque los horarios no son compatibles. La escultura es su profesión.

En el caso de la escritora Isabel Lizarraga, su vocación artística fue tardía, ya con dos hijos; su profesión es la de profesora de Lengua Castellana y Literatura. «Ser madre es una profesión muy dura que ocupa muchas horas. En aquella época no escribía, pero aproveché para estudiar Derecho», recuerda. También fue profesora, ya jubilada, y madre de otras dos hijas, Rosa Castellot, quien siempre realizó su trayectoria pictórica en paralelo: «Cuando ejercía la docencia, el arte iba 'en ralentí'».

Diario LA RIOJA ha reunido a siete mujeres riojanas que destacan en sus respectivos ámbitos artísticos para, con motivo del Día Internacional de la Mujer, reflexionar sobre el papel de la mujer y, de alguna manera, reivindicar su protagonismo. Algunas, además, son madres. Otras no, como la promotora cultural Susana Baldor, quien expone abiertamente que «a los hombres no se les pregunta cómo les influye ser padres, la pregunta es hasta ofensiva». Todas las que no han sido madres confiesan haber sentido la presión social por la pregunta constante de si no iban a tener hijos. «Yo no quiero tener hijos pero se me quedó grabado cuando me preguntaron qué iba a hacer cuando los tuviera», recuerda la cantante Marta Iron. Artísticamente, ella siempre se ha sentido «muy valorada», pero aclara: «No deberíamos fijarnos en si el artista es mujer u hombre sino en lo que nos cuenta, lo que nos hace sentir, lo que nos provoca; después la curiosidad hace que te intereses por el creador».

En el caso de Marta Iron, en la música, siempre se ha encontrado con un mayor número de hombres y puede presumir de haber recibido un «excelente trato», pero es consciente de las desigualdades. «Aunque sí se ven cambios, no abarcamos grandes distancias, la importancia de una buena educación es clave», opina.

Baldor, en cambio, habla claramente de discriminación: «Vivimos en una sociedad machista, todas las mujeres están en desventaja respecto a los hombres artística y laboralmente». Por otra parte, no cree en que ser mujer sea un valor en sí mismo, «esa afirmación constituye una generalidad, un estereotipo y un prejuicio». Baldor aboga por que se cumpla la Ley de Igualdad para evitar «la sensación de no sentirse representada», y pone como ejemplo que «las obras realizadas por mujeres conservadas en museos, adquiridas en galerías o programadas en exposiciones es escandalosamente menor a las realizadas por hombres».

La actriz Begoña G. Hidalgo va más allá, no se ha sentido discriminada pero sí «diferente»: «En el mundo artístico, como mujer, hay que ser mucho más tenaz, persistente, provocadora y audaz para salir a flote». De hecho, en ocasiones, ante una mayoría masculina, «te sientes minoría, con necesidad de ser representada y escuchada, por lo que el esfuerzo es mayor y más costoso». Ella incide en el respeto: «Cada uno y cada una somos responsables de poner en práctica la igualdad».

Mapi Gutiérrez explica que nunca se he planteado si ha sido discriminada, «estoy muy concentrada en el trabajo y mi familia, y me arropa el apoyo que recibo diariamente de los que me rodean». «Yo trabajo duro con el objetivo de alcanzar una calidad artística óptima, todos los inconvenientes y trabas que me haya podido encontrar por el camino he tratado de solucionarlos en base a esta finalidad, y si con ello estoy contribuyendo un poco a eliminar etiquetas, pues me hace muy feliz», advierte la escultora.

«Sensación desagradable»

Para Rosa Castellot, ser mujer sí es un valor, «es importante e interesante, pero no creo que la sensibilidad sea cuestión de sexo». También considera que una obra «es buena o mala la haga quién la haga, a Ana M.ª Matute le preguntaron qué opinaba de la literatura femenina y contestó que no hay literatura femenina sino literatura buena o mala». Además, sobre la igualdad cree que «se habla mucho y a veces todo se va en salvas, si se quisiera realmente, las mujeres, que tenemos los mismos derechos y obligaciones que los hombres, también tendríamos las mismas oportunidades y reconocimientos».

«Tenemos las mismas capacidades de desarrollo, pero no las mismas oportunidades», afirma la fotógrafa Teresa Rodríguez. Por contra, las mujeres son actualmente mayoría como público cultural. Lo nota Teresa, que ofrece clases de fotografía en la UPL y donde «el porcentaje de mujeres es muy alto, antes más del 90 y ahora del 75%».

Isabel Lizarraga es consciente de que cuando escribe sobre «mujeres feministas» el tema «interesa más a las mujeres». «Las novelas con protagonista femenina también interesan más a las mujeres que a los hombres debido a la falta de costumbre», subraya. No obstante, expone que «no creo que ser mujer dé más valor a mis obras, por otra parte, desearía que tampoco sirviera para que se le restase, como ha sucedido tantas veces a lo largo de la historia».

A nivel personal, cuando era joven, reconoce haber tenido una «sensación injusta y desagradable» cuando obtuvo el permiso de conducir, corría las vaquillas en los pueblos o pedía un licor en los bares, y «aunque resulte un tópico decir que las cosas no han cambiado, yo pienso que hemos mejorado en igualdad, han mejorado las leyes y los hábitos, sin embargo, no está todo hecho».

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