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Conductor realiza la prueba de la alcoholemia en la M-40, en Madrid. Efe
El 44% de los españoles reconoce conducir tras ingerir bebidas alcohólicas

El 44% de los españoles reconoce conducir tras ingerir bebidas alcohólicas

El 14% admite hacerlo de forma habitual, según el Eurobarómetro Europeo de la Fatiga 2019 realizado por el RACE, la Asociación de Bebidas Refrescantes y la DGT

FÁtima González

Madrid

Martes, 13 de agosto 2019

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El 43% de los conductores fallecidos en accidentes en 2018 había ingerido alcohol y otras sustancias, según datos extraídos del Eurobarómetro de la Fatiga 2019. Pese a estas cifras, un 44% de españoles reconoce haber consumido alcohol y después haber conducido, y un 14% admite hacerlo de forma habitual. El estudio, realizado por el RACE y la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra), con el apoyo de la Dirección General de Tráfico (DGT), señala también que el cansancio, la conducción nocturna y los desplazamientos por carreteras secundarias hacen que el riesgo de siniestralidad se dispare.

Las conclusiones del Eurobarómetro, elaborado en 15 países, señalan que la media de los que consumen alcohol y conducen en Europa es de un 43,6%, similar a España. Esta cifra es aún más preocupante en países como Francia, donde el 54% de los encuestados ha bebido alcohol y se ha puesto al volante; Austria (53%), Suiza (52%) e Italia (51%) le siguen en la parte alta de la tabla. En este sentido, Francia también encabeza el ranking de los que lo hacen habitualmente (32,9%), seguido por el Reino Unido (27,5%).

¿Desconocimiento o incumplimiento consciente de la norma? Teniendo en cuenta estos elevados porcentajes de consumo de alcohol y posterior conducción, llama la atención que un 84% de los conductores encuestados dice conocer el límite legal de alcoholemia y un 62% declara que, si no bebe es precisamente por la posibilidad de encontrar un control.

En el caso de los conductores españoles este porcentaje se sitúa en el 50%. El RACE y Anfabra defienden la tolerancia cero con el alcohol en la conducción, ya que el su consumo no solo supone una grave sanción de tráfico sino que, sobre todo, afecta a la percepción y multiplica por nueve el riesgo de sufrir un accidente.

La fatiga, principal elemento de riesgo

La fatiga es un elemento de riesgo, especialmente en los recorridos largos, y una de las primeras causas de siniestralidad mortal en las carreteras españolas. Italia, Francia y Reino Unido son los países en los que la fatiga ha provocado más accidentes y situaciones de peligro al volante. La somnolencia es la fase final y más peligrosa de la fatiga. Sin embargo, el 44% de los conductores españoles admite haberse quedado casi dormido en un largo recorrido.

En Europa la media se sitúa en un 48,5%. Destacan los franceses, que declaran haberlo sufrido en un 65%, seguido de finlandeses (60%) e italianos (57%). La fatiga se puede prevenir haciendo paradas cada dos horas o doscientos kilómetros, aprovechando para estirarse y mantenerse hidratado, recomendación que no sigue un 55% de los españoles, y peor aún, casi un 3% hace un viaja largo del tirón. Los austriacos (69%) y los alemanes (66%) son los que destacan por no hacer las paradas recomendadas.

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