«Nos gustaría que el nuevo Papa sea capaz de encarnar la Teología en la realidad del siglo XXI»

Desde el centro consideran que los 12 años de pontificado de Francisco «han sido una bendición para la Iglesia y para el mundo. Su última bendición al mundo nos ha dejado un sentimiento hondo de paz y agradecimiento por su vida de amor y servicio pilotando la barca de la Iglesia», explica Carmen Jáuregui, superiora de la comunidad y directora de la Casa de Espiritualidad de Haro. También destacan su papel con los más pobres, los heridos y los olvidados, «nos deja una huella imborrable que hemos de seguir todos los cristianos».

En cuanto a los caminos que debería seguir el nuevo Papa, desde esta casa lo tienen claro, los mismos que marcó Francisco: «Nos parece urgente seguir desarrollando las líneas y orientaciones del Vaticano II y el rumbo marcado por el Papa Francisco, oteando con ojos nuevos la realidad del mundo de hoy y los caminos iniciados y no desarrollados por Francisco».

De esta manera, sobre este nuevo perfil señalan que será «diferente» pero ven con positividad que «tuviera esas señas de identidad, pero vividas a su estilo». Alguna de las características que destacan serían: Evangélico y soñador; cercano al pueblo y a sus gentes; pastor, hermano y amigo; capaz de encarnar la Teología en la realidad del siglo XXI y en el mundo de hoy; respetuoso con la sana tradición de la Iglesia; cercano y cordial con la realidad de los hombres y mujeres de hoy, de los más pobres y necesitados, de los alejados; firme ante los pecados de la Iglesia; con un liderazgo de amor y servicio.