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JOAQUIN ALDEGUER
Andrej Duda, la marioneta 'ultra' del gemelo Kaczyński

Andrej Duda, la marioneta 'ultra' del gemelo Kaczyński

El presidente de Polonia, un títere de Jaroslaw, acumula expedientes de la UE por sus políticas restrictivas hacia el colectivo LGTBI y hacia los periodistas, y ha convertido a su país en líder del eruoescepticimismo junto a Hungría

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Domingo, 25 de julio 2021, 00:23

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En 1984 me uní a la 5ª Tropa de Escultismo de Cracovia 'Piorun', que lleva el nombre de los legionarios de 1914. Después de unos años, me convertí en su jefe de exploración. Concluí mi aventura con el escultismo en 1990». Así arranca la biografía del líder de un país. Y no en una publicación cualquiera, sino en la página institucional del presidente de la República de Polonia. Bajo ese 'About me' (sobre mí) Andrzej Duda (Cracovia, 1972), casado con una profesora de alemán y padre de una hija, se presenta ante el mundo, primero, como un 'boy scout' de éxito. Y hunde así en la tierna edad de doce años su compromiso con la patria y la forja de su espíritu disciplinado, leal y de valores tradicionales.

Hijo de profesores y licenciado en Derecho, Duda fundó su propio bufete en 2005. Ya flirteaba por entonces con la política. Pero ese mismo año decidió apostar a 'caballo ganador'. Abandonó el partido Unión de la Libertad y entró en las filas de Ley y Justicia, el todopoderoso PiS (su acrónimo en polaco) que cuenta con el apoyo de la iglesia y que se presenta como un pilar clave para sostener la nación. El joven abogado unía a partir de ese momento toda su trayectoria a esa formación ultraconservadora y populista.

Fue elegido viceprimer ministro de Justicia en agosto de 2006, cuando el PiS estaba liderado por sus fundadores, los hermanos gemelos Jarosław y Lech Kaczyński, actores infantiles de éxito en la década de los sesenta y que llegaron a coincidir como primer ministro y presidente de la república, durante varios años. Como mano derecha de Lech, se le entregó el puesto de subsecretario de Estado. Después fue concejal en el Ayuntamiento de Cracovia -aunque aspiraba a ser alcalde-, diputado, portavoz de Prensa, eurodiputado y desde 2015 ejerce como presidente de la República, con reelección muy ajustada en julio del pasado año.

El de Duda es un perfil de manual. El de un hombre de partido que no destila mucho carisma, que rara vez se ha desmarcado de la línea ideológica del PiS y que se considera así mismo 'heredero espiritual' del que fue delfín, un Lech Kaczyński, que murió con otras 95 personas en la catástrofe aérea de Smolensk (Rusia) y que la propia formación política y su hermano, que sigue siendo una de las personas más poderosas del país, consideran lleva la firma del Kremlin.

En realidad, Duda es la persona idónea para que el gemelo vivo Jarosław siga moviendo los hilos en Polonia. La oposición le acusa de ser su «bolígrafo» y la prensa internacional juzgó su reelección en 2020 como el triunfo de la 'vía Kazcynski'.

El presidente-abogado ha validado al dictado de los suyos reformas judiciales que socavan la independencia de los magistrados. Pero también medidas que vulneran derechos humanos como la autoproclamación de 'zonas libres de ideología LGTBI' que más de un centenar de municipios del país abanderan al considerar que los derechos de los homosexuales son una amenaza para los valores tradicionales.

Bajo su presidencia, el país ha avanzado hacia una 'orbanización' sin ambages (el fenómeno de deriva autoritaria que Viktor Orban tiene implantado en Hungría). La sombra de Kaczyński (que oficialmente no está en el partido) lo envuelve todo. Enemigos identificados (filocomunistas y determinados movimientos sociales). Y medidas con carga electoral para su nicho de votantes como rebaja de la edad de jubilación o ayudas mensuales por cada hijo.

Polonia y Hungría son los países más duros del euroescepticismo. Caso aparte incluso en ese club de Visegrado (que incorpora también a Eslovaquia y la República Checa) siempre suspicaz a la mayor integración en la UE y a las cesiones de soberanía a las instituciones de Bruselas. Polonia y Hungría son los únicos Estados de la Unión bajo el procedimiento del Artículo 7, un 'botón nuclear' (según la terminología utilizada en la capital comunitaria) que se pulsó contra ellos por vulnerar los valores europeos y que conllevaría dejarles sin derecho a voto. El procedimiento está en vía muerta desde hace años. Hoy se asume como mejor herramienta de castigo una potencial congelación de fondos si Varsovia y Budapest no recapacitan.

Expedientes y a esperar

Pero mucho han de desandar Duda y su primer ministro Mateusz Morawiecki para llegar al nivel de exigencia europeo -en el caso del húngaro Orban hablaríamos casi de una epifanía-. Proyectos de ley homófobos y en el caso de Polonia, incluso, negativa a acatar las decisiones del Tribunal de Justicia de la UE. Expedientes a cascoporro desde Bruselas. Y a esperar.

Los populistas polacos son referencia de catolicismo, familia, tradición y unidad en un país que ideológicamente quedó partido por la mitad en los últimos comicios. El PiS en un lado y la Plataforma Cívica que fundó el expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, europeísta y moderado, en el otro. Los discursos inflamados y hechos que dilapidan los estándares democráticos, son cosa del primero.

Duda llegó a condecorar a una de las figuras de referencia de un movimiento declarado fascista por los tribunales del país. Y en la última campaña electoral salieron de su boca expresiones cuestionables como que en Polonia aún había «basura» que limpiar o que el movimiento «LGBTI es una ideología, no son personas (…) como el comunismo (…) un virus peor que el coronavirus».

La libertad de prensa tampoco pasa por su mejor momento. La propia Comisión Europea, en su reciente informe sobre el Estado de derecho no duda en plantear que «desde 2020, el entorno profesional de los periodistas se ha deteriorado, con el uso de procedimientos judiciales intimidatorios, una creciente falta de protección a los periodistas y acciones violentas durante las protestas, incluso por parte de las fuerzas policiales». Casi nada.

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