Arquitectura popular protegida
Los guardaviñas han pasado a ser considerados un Bien de Interés Cultural del paisaje del vino y del viñedo en La Rioja
Casimiro Somalo
Viernes, 30 de enero 2015, 17:28
No hace muchos años, buena parte de los guardaviñas de La Rioja se venían abajo. Lo que en su día tuvo una utilidad práctica como refugio del frío y hasta del calor, de protección para animales y aperos y de vigía ante ladrones de uva, fue desapareciendo con la mecanización. La presentación de la candidatura a Patrimonio de la Humanidad de los paisajes del vino ha servido para declarar a los guardaviñas BIC (Bien de Interés Cultural), lo que permitirá intervenciones de rehabilitación y restauración. De aquella situación calamitosa de hace pocos pocos años hemos empezado a considerarlos parte de la esencia de la cultura del vino, a recuperarlos y hasta a poder plantearse un recorrido por los mismos y por una ruta singularísima de la arquitectura megalítica popular con sentido práctico y utilitario.
El salto cualitativo de protección e interés no es reciente. Desde hace algún tiempo, no mucho, se han construido algunos nuevos y se han venido restaurando otros, unas veces por bodegas y vitivinicultores, otras, por ayuntamientos y hasta por alguna asociación con sensibilidad.
Los chozos o guardaviñas son viejas construcciones megalíticas de distintos tamaños y formas levantadas en su mayoría desde mediados del siglo XIX. Sin duda alguna, se han terminado convirtiendo en un icono del paisaje vitivinícola riojano.
La mayor concentración de los mismos podemos encontrarla, como es lógico, en zonas de grandes superficies de viñedo, principalmente en La Rioja Alta y la Sonsierra.
Tampoco han faltado en La Rioja Baja en algunas localidades como en Quel, donde se acaban de restaurar cuatro de ellos con cargo al presupuesto de la Dirección General de Cultura, o en el Villar de Arnedo y Lagunilla del Jubera.
A falta de un registro
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catalogación
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Puede parecer un contrasentido en La Rioja y hasta en una Denominación como la nuestra. Pero teniendo tantos por las zonas vitivinícolas de mayor monocultivo, La Rioja no dispone hoy de un registro ni un catálogo de los guardaviñas o chozos con el que se podría identificar su localización exacta, el tipo de construcción y hasta su estado. Habría que hacerlo en un futuro inmediato porque son un icono, un símbolo de la arquitectura popular y de los paisajes del vino.
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Lo que parece claro es que uno de los objetivos más inmediatos es la realización de un inventario con todo el valor arquitectónico y cultural.
Pero conviene no olvidar que la expansión del viñedo en toda la zona suroriental de La Rioja es más reciente y los guardaviñas se levantaron en gran parte durante la segunda mitad del siglo XIX.
El mapa de los guardaviñas mejor conservados no puede obviar a tres localidades como San Vicente de la Sonsierra, Briones y Ábalos, municipios en los que se ha venido actuando con un mimo singular hacia este tipo de construcciones desde hace algunos años.
Sin ir más lejos, todos los guardaviñas de falsa cúpula, y son más de 30 entre las tres localidades, están consolidados. Buena parte de ellos son de piedra arenisca típica de la zona. Pero por la misma también abundan otros de distinto tamaño y forma cuadrada, de lajas, que necesitan una restauración.
Por la Sonsierra, en una parte de los de piedra, podemos contemplar las fechas de construcción y nombres de personas y hasta de los propios constructores.
La diversidad de formas, tamaños y materiales tiene mucho que ver con el propio paisaje. Y aquí, en La Rioja, pueden cambiar de un valle a otro. No es un tópico. Refleja la diversidad de misma tierra.
Por La Rioja Alta hay otra ruta diferente de guardaviñas o chozos, casi todos ellos levantados con canto rodado o piedras del río, barro y paja. Entre Badarán, Cárdenas (el de la foto que ilustra el reportaje, de gran porte) y Baños de Río Tobía, hay varios restaurados.
Localidades como Rodezno, Ollauri, Alesanco, San Asensio, Torremontalbo, Cenicero, Fuenmayor, Huércanos y Uruñuela (camino de Torremontalbo y por Carril) también tienen ejemplares que merecen una visita.
Hasta el Camino de Santiago (Alesón) cuenta con uno de reciente construcción en la que se ha habilitado una zona de descanso en cuyo interior hay numerosos grafitos y pinturas de los peregrinos. El entorno se ha visto muy afectado por una reciente construcción próxima.
De cualquier forma, la recuperación de un icono del paisaje no tiene vuelta atrás. Tras su consideración como Bien de Interés Cultural, la arquitectura popular ha pasado a estar protegida con una reglamentación básica sobre materiales y hasta tipología.
Hasta ahora, una parte de las actuaciones estaba paralizada porque algunos se encontraban en terrenos privados y, en otras ocasiones, en lugares estratégicos, como casi siempre, pero de propiedad pública y hasta sin definir con precisión.
* Ubicación: La Sonsierra San Vicente, Briones y Ábalos. La Rioja Alta Ruta de los guardaviñas entre Badarán, Cárdenas y Baños de Río Tobía. La Rioja Baja Quel, Tudelilla y El Villar de Arnedo. Otras localidades Rodezno, Ollauri, San Asensio, FuenmaCenicero, Huércanos y Hormilla.