Eduard Fernández: «Quieren matar a todos en Gaza de la manera más cruel»
El actor denuncia «la salvajada del genocidio en Gaza» al recoger el Premio Nacional de Cinematografía en el Festival de San Sebastián
Eduard Fernández tiene 61 años, cuatro Goyas, la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de San Sebastián, la Medalla de Oro al ... Mérito en las Bellas Artes, una hija actriz y el cariño y respeto de toda la profesión. Le faltaba el Premio Nacional de Cinematografía, que este sábado le entregó el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en el marco del Festival de San Sebastián. Al acto asistió la vicepresidente segunda Yolanda Díaz y la plana mayor del cine español. El actor lanzó un emocionante discurso en el que leyó el nombre de niños asesinados en Gaza tras colocarse la kufiya o pañuelo palestino: «Quien no se conmocione con el genocidio en Gaza tiene un problema de falta de humanidad», aseguró.
«Quiero reivindicar una barbaridad que está ocurriendo en estos momentos, y es el genocidio de Gaza, relató». «Los quieren matar a todos de la manera más cruel y más bestia. Quien no se conmocione en lo más profundo de su ser con las barbaridades que vemos cada día en televisión tiene un profundo problema con su humanidad. Si eso es colectivo, el problema es grave y profundo. Cuesta encontrar palabras, pero Gaza es un espejo donde salimos todos, lo queramos o no», manifestó el actor.
En el último año, a Eduard Fernández nos lo hemos creído en la piel de dos personajes reales: Enric Marco, un sindicalista que se inventó una vida como superviviente del Holocausto nazi, y Manolo Vital, el conductor de autobús urbano que en 1978 se empeñó en subir el vehículo que conducía al barrio obrero en el que vivía en las alturas de Barcelona. 'Marco' y 'El 47' fueron dos de las mejores películas de la temporada. Además, al actor también le dio tiempo a debutar como director con el cortometraje 'El otro', que estrenó en la Seminci de Valladolid.
«Soy incapaz de juzgar a un personaje, porque entonces no lo puedo interpretar», afirmó. Hasta en la piel del brutal José Millán-Astray, fundador de la Legión, en 'Mientras dure la guerra', encontró «cosas muy interesantes que me hicieron empatizar de alguna manera, aunque mi ideología sea absolutamente distinta». Fernández citó a Shakespeare en boca de Hamlet: «El fin de una actuación ha sido, es y será ofrecer a la naturaleza un espejo en el que vea la virtud su propia forma y el vicio su propia imagen».
«La gente del cine y la cultura somos un reflejo de nuestro siglo y del momento en que vivimos», prosiguió el actor. «Por respeto a este oficio, es inevitable ser un espejo y reivindicar la barbaridad que está ocurriendo en Palestina, la salvajada, el genocidio y la barbaridad -llámalo como quieras-, que es dejar morir a los niños de hambre». Eduard Fernández leyó los nombres de niños menores de dos años asesinados en Gaza. «Es la debacle de nuestro siglo. Alguno dirá ¡qué pesados sois con el tema! No podemos dejar de decirlo constantemente, porque ellos no se van a cansar de matar sistemáticamente. Son muy buenos, lo hacen muy bien».
Jon Garaño, que le dirigió en 'Marco', y la realizadora Mar Coll, que contó con el intérprete en su primera película, 'Tres días con la familia', leyeron sendos discursos alabando el talento y la humanidad de un gigante que comenzó como mimo en las calles de Barcelona y junto a Albert Boadella en Els Joglars antes de ser reclamado por el cine. La lista de directores con los que ha trabajado es extensa: Gonzalo Suárez ('El portero'), Emilio Martínez Lázaro ('La voz de su amo'), Bigas Luna ('Son de mar'), Fernando Trueba ('El embrujo de Shanghái'), Cesc Gay ('En la ciudad'), Agustín Díaz Yanes ('Alatriste'), Alejandro González Iñárritu ('Biutiful'), Pedro Almodóvar ('La piel que habito')...
Tras recoger el Premio en el edificio de Tabakalera, Eduard Fernández atendió a los periodistas y confesó que no las tenía todas consigo con un discurso que no llevaba escrito. ¿Ya están los actores politizando todo? «Un actor tiene que ser reflejo, espejo de su época», justificó. »Me dan un premio como actor y simplemente he hecho caso a un tal William Shakespeare. A quien le parezca mal, que debata, pero con argumentos. La gente de la cultura y los periodistas tenemos que estar todos a una, porque tienen muy calculado cómo evitar que hagamos nuestro trabajo. No sé cuántos periodistas quedan en Gaza. Ellos no se van a cansar de matar. Ni nosotros. No hay palabras cuando ves a un niño muriéndose de hambre con la comida a pocos kilómetros. ¿Quién tiene la vergüenza de decir que soy un pesado por denunciarlo?».
Eduard Fernández llegó de madrugada a San Sebastián y no pudo ver la manifestación propalestina junto a la alfombra roja del Kursaal en la gala de inauguración. «Hay que compaginar las protestas para que salga en los medios la indignación de la gente por lo que está ocurriendo en Gaza y que se pueda ir a un estreno», reflexionó. «Es muy bonito lo que está ocurriendo en este país, estoy muy orgulloso porque nos estamos significando mucho. ¿No llegaron a la meta en la Vuelta? Es que es muy bestia lo que estaba pasando y hay muchos ciclistas que lo han entendido. Ayuso creo que no».
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