La mayoría de la población nos hemos acostumbrado a oír el termino despoblación, tras años en los que muchas zonas de nuestro país han ido ... vaciándose, sin que nadie hiciese nada por frenarlo. En los últimos tiempos han surgido reivindicaciones y proyectos encaminados a repoblar la España vacía. Pero... ¿quién se ha parado a reflexionar sobre la pérdida de talento y el problema de la superpoblación en las principales ciudades?
Si en la década de los 60 se produjo el éxodo del campo a la ciudad, ahora el viaje parte de las capitales de provincia y termina en Madrid o Barcelona. La globalización y la interconexión han provocado una fuga de cerebros hasta las ciudades más avanzadas. En mi caso, hace ocho años que, al igual que a más del 50% de los estudiantes riojanos que se incorporan cada año al mundo universitario, salí de Logroño para estudiar una titulación que aquí no ofertaban: Periodismo en Madrid. Como yo, cada año son muchos los que cruzan los límites de su comunidad para cursar aquella titulación en la que quieren graduarse.
El éxodo no finaliza aquí. El tejido empresarial que se está formando en las grandes ciudades hace que a los que estudiamos fuera se unan los que estudiaron en 'casa'. Las posibilidades de encontrar un puesto de trabajo adecuado a la formación son infinitamente más altas que en los puntos de origen. Un traslado que, aunque en un primer momento parezca temporal, en muchas ocasiones se vuelve indefinido. Muchos somos conscientes de que si se busca un trabajo por un largo tiempo de su especialidad, en Madrid o Barcelona lo va a tener. Esta pérdida de talentos con el paso del tiempo va mermando las posibilidades de muchas ciudades. Es necesario trabajar para fomentar que el resto de ciudades no solo sean emisoras de grandes talentos y evitar la superpoblación de titulados universitarios en Madrid o Barcelona. Un éxodo que en muy poco tiempo hará que el resto de capitales de provincia no puedan competir con los dos principales polos de atracción
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión