Una amiga me cuenta que en su barrio la gente no solo sale a aplaudir a las ocho de la tarde, sino que son muy ... animados y se disfrazan, bailan, ponen música... Yo le cuento a mi amiga que en mi barrio la gente también sale a los balcones, pero que somos más discretos, sin algarabías. Me dice mi amiga que somos unos estirados, unos moñas. Yo le digo a mi amiga que sí, pero que también creo que somos más respetuosos, que estamos en un estado de alarma, en un confinamiento, no en una verbena ni en un carnaval, que acepto escuchar a 'Paquito el chocolatero' o a Georgie Dann en la verbena de mi pueblo pero no cuando algún vecino llora a sus seres queridos y con los hospitales llenos. Me dice mi amiga que quizá tenga razón. Yo le digo que estoy de acuerdo en que todos deberíamos recibir un aplauso al menos una vez en la vida, pero que en estos tiempos de coronavirus deben ir dirigidos a los protagonistas de esta película que pasará a los libros de historia. Me dice mi amiga que se va a aplaudir al balcón y que después se va a disfrazar y a bailar en su habitación. Yo le agarro por la cintura y le doy al 'play'.
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