Un hombre entregado a una causa
Siempre pendiente de todo, de los entrenamientos del fútbol base, de acompañar al cuerpo técnico a ver partidos, de firmar un fichaje, de acudir a ... reuniones de la Federación Española de Fútbol en Madrid, de conseguir patrocinios para el club, de las cuestiones económicas... Así era Eduardo Guerra, el presidente de la Sociedad Deportiva Logroñés que fallecía este sábado con 55 años a causa de una enfermedad diagnosticada hace unos meses. Hasta el último momento ha estado pendiente de todo, incluso desde su ingreso hospitalario cuando ha firmado algún documento o ha transmitido a su junta directiva que el legado de la Sociedad Deportiva Logroñés tiene que seguir adelante.
Porque es a lo que él se ha dedicado desde 2010, cuando llegó a la presidencia al año siguiente del nacimiento del club. A sembrar la semilla para que todos sus integrantes remaran en la misma dirección. Porque Eduardo Guerra ha sido un hombre entregado a una causa, la blanquirroja, que la ha defendido por encima de todo y de todos. Con pasión, con argumentos, con realismo, con todo el esfuerzo que ha podido en estos tres lustros. En los últimos tiempos su dedicación a este proyecto ha sido aún mayor si cabe.
Quienes le han acompañado en estos años destacan la «lealtad» de Eduardo Guerra a un club y a unos colores. Con sus decisiones acertadas -la gran mayoría, sin ir más lejos con la disputa esta pasada campaña del 'play off' de ascenso a Primera Federación- y también alguna equivocada -como la temporada precedente con el descenso a Segunda Federación-. Con una gestión económica y deportiva con muchas más luces que sombras.
«Siempre ha transmitido confianza y serenidad. Sabías que no te iba a engañar, que te iba a decir las cosas como eran, para bien o para mal», recuerda Raúl Llona, uno de los entrenadores más significativos del club, que ahora destaca que «el 'presi' siempre te dejaba trabajar. Y sabía dar oportunidades». De hecho, su buena trayectoria al frente de la Sociedad Deportiva Logroñés le permitió a Llona fichar por la Cultural Leonesa, que ahora ha guiado a Segunda División. Eduardo Guerra «siempre se ha implicado al máximo, haciendo desde las cosas más insignificantes -llevándose petos para lavarlos en su casa, cortando patatas para una comida popular organizada por el club- hasta las más importantes. Ha sido un ejemplo y el artífice del crecimiento del club».
Quizá el jugador con mejor palmarés que ha tenido la Sociedad Deportiva Logroñés haya sido Gerardo García León. «En todo momento nos transmitía calma y tranquilidad, que en el mundo del fútbol y en la vida misma, tal y como se vive ahora, no era sencillo. Pero creo que Eduardo Guerra lo conseguía», recuerda el exjugador de Valencia o Málaga entre otros equipos. Gerardo también incide en que el directivo fallecido este sábado «era fiel a sus principios y fruto de su gran esfuerzo ha conseguido sacar adelante un club. Era muy observador para intentar aprender siempre».
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