La saga de los Trump

Esto no es teoría del comportamiento humano, empresarial o político es una cruda realidad que estamos sufriendo todos tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Quizá el problema no sea sus decisiones abruptas y provocadoras, desmesuradas con el objetivo manifiesto de hacer grande a América otra vez y a él y sus intereses. Sin embargo, lo que está haciendo es empobrecer en muchos casos a millones de norteamericanos. Veremos cómo funciona el baile de aranceles con todos y cada uno de los países del mundo. Los sube, los baja, los cambia. Ha pasado con China, ahora con Vietnam y se negocia contra reloj con la Unión Europea. Miles de familias en los países europeos dependen de esos aranceles.

Trump ha logrado que se apruebe su Ley Fiscal que tantas repercusiones va a tener. Y eso que a Elon Musk le parece que se queda muy corta. Lo que provoca un daño irreparable para millones de personas en el mundo es la desaparición de la Usaid, la mayor agencia de ayuda al desarrollo. Los jueces dieron la semana pasada un respiro a Trump al autorizar algunas de sus decisiones contra la inmigración en Estados Unidos, otra cuestión es la falta de resultados en sus pretensiones de acabar con la guerra de Ucrania y la de Gaza en unos pocos días.

Putin no acepta el alto el fuego en Ucrania. Veremos si Israel lo hace con Hamas en Gaza.

El mundo soporta las ocurrencias o no de Trump, hay quien afirma que todo está más pensado y preparado de lo que parece y por eso es muy preocupante que los hijos de Trump se postulen para suceder a su padre, que no puede volver a presentarse a un nuevo mandato, según la Constitución. El populismo autoritario es la gran amenaza para la estabilidad y la seguridad del mundo. Los hijos de Trump sería una saga muy difícil de digerir o aceptar. Pero son los norteamericanos los que votan y hay que reclamar la responsabilidad de los demócratas, pero también de los propios republicanos.