DDespués del éxito del primer concierto del lunes, que ya les comenté en estas páginas, con una vistosa exhibición de danza barroca y un magnífico ... grupo instrumental, el concierto del martes se preveía durillo, con un único solista de flauta de pan (sí, esa que usan los tradicionales afiladores callejeros) y una acompañante al clave: difícil imaginar mayor austeridad escénica y menor variedad expresiva. ¡Craso error! pues tuvimos un bellísimo concierto, a cargo de un extraordinario intérprete de ese exótico instrumento, tan poco frecuente en las salas de concierto, que es la flauta de pan, que acompaña al hombre desde la antigüedad. El comienzo no pudo ser más penoso, pues cuando el solista empezaba a desgranar las primeras notas de la delicada 'Pavana Lachrymae' de Van Eyck, en un ambiente místico en plena oscuridad, empezaron a sonar ¡dos móviles!, uno detrás de otro, que masacraron totalmente el encanto de la obra. ¡Ya está bien de delincuentes musicales! Y no fue el único accidente de la noche, pues posteriormente, en la primera Sonata de Bach, se interrumpió la interpretación dos veces por fallos en la partitura-tablet electrónica de la clavecinista (¿venganza de la música antigua contra las nuevas tecnologías?). Incidentes aparte, pudimos disfrutar de la excelencia de Matthijs Koene con sus dos diferentes flautas de pan, con un virtuosismo y una musicalidad superlativas, superando con brillantez escollos tremendos como el difícil 'Allegro assai' final de la Sonata para flauta de Bach, ¡sin fallar una sola nota!, o emocionándonos con la dulzura del 'Largo e dolce' de la última Sonata de Bach. Koene estuvo muy bien acompañado por Silvia Márquez al clave y al órgano, que además lució su gran calidad en sus intervenciones a solo en la obra de Dowland y especialmente en la endiablada obra contemporánea de José Luis Turina (no sé muy bien qué hacían dos obras contemporáneas en este programa, pero al menos sirvieron para demostrar el alto nivel de los intérpretes). Aclamaciones finales a los intérpretes que ofrecieron como propina el bellísimo 'Lamento de Dido' de la ópera Dido y Eneas de Purcell.
El miércoles recibimos a un grupo relativamente joven, el Collegium Musicum Madrid, con un original e interesante programa de «arqueología musical» dedicado a José Español (1694-1758), que fue organista de Santo Tomás de Haro los últimos veintisiete años de su vida, legando una obra de sorprendente calidad e inspiración. Hay que agradecer a este soberbio grupo madrileño que hayan venido a presentar en La Rioja la excelente música que tuvieron la suerte de escuchar aquellos jarreros de mediados del siglo XVIII y que podemos poner sin complejos al lado del mejor barroco centroeuropeo. Destacaré para empezar a la soprano Jone Martínez, con su voz cristalina, y a la mezzosoprano Lucía Caihuela, de maravillosa expresividad, que dieron una auténtica lección de canto barroco, con un empaste especial y un engarce vocal exquisito en los preciosos dúos que nos ofrecieron. Hubo momentos increíbles de belleza como la canción 'Oh mística rosa' que Lucía Caihuela cantó a flor de labio deleitándose en matices y colores o la profunda 'Lamentación segunda para el Jueves Santo' que Jone Martínez desgranó con suma sensibilidad y hondura expresiva. Y no se quedaron atrás los instrumentistas, con un excelente Guillermo Turina al violonchelo, que tuvo muchos momentos protagonistas en los que mostró un fabuloso sonido y afinación, con la solidez interpretativa de David Palanca tanto al clave como al órgano positivo dando apoyo a todo el concierto y el entusiasmo de Manuel Minguillón como director del grupo y con su magnífica interpretación a la guitarra barroca y al archilaúd, así como con los simpáticos y acertados comentarios a lo largo del concierto. Resultó un delicioso concierto, de música religiosa pero curiosamente compuesta de ritmos y tonadillas populares de un garbo y chispa increíbles.
Los tres instrumentistas y especialmente el violonchelista lucieron su calidad y virtuosismo en las dos preciosas sinfonías de Giacomo Facco que insertaron a lo largo del programa.
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