El campo no se merece otra nueva traición de Europa

Son muchos los retos que tenemos por delante. Uno de ellos es la amenaza de un acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur. Un acuerdo estancado desde 2019 y con el que se pretende sellar el intercambio comercial entre la Unión y países como Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina para importar alimentos.

Naciones como Francia, Italia y Polonia se han mostrado en contra del acuerdo al atentar contra los intereses del sector agrario europeo. ¿Qué ocurre con España? ¿Nuestro Gobierno, nuestro presidente, nuestro ministro de Agricultura no van a defender a sus agricultores y ganaderos? Pues si no lo hacen, no pretendan que nos quedemos callados.

Porque el acuerdo con Mercosur pondría en jaque nuestro sector generando una competencia desleal con los productos que se importarían de Latinoamérica. Las producciones de esos países no están obligadas a cumplir ni con la mitad de restricciones sanitarias, sociales y medioambientales que cumplen las europeas. Pero también es una cuestión que afecta a la salud pública. En un informe de auditoría publicado recientemente sobre los controles de residuos de sustancias activas, plaguicidas y contaminantes en animales y productos derivados, la Comisión Europea reconoció la necesidad de suspender las importaciones de bovinos procedentes de Brasil debido a la falta de garantías sobre el uso de hormonas.

Desde ARAG-Asaja exigimos a la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, una defensa real de nuestra agricultura contra la competencia desleal de terceros países y de la seguridad alimentaria de los consumidores europeos.

En esto, toda Europa debe hacer un frente común. Por eso, no entendemos la actitud de los agricultores franceses, impidiendo estos días el paso de nuestros productos en la frontera como si procedieran de Brasil o Argentina. Son alimentos españoles, europeos, que juegan con las mismas reglas que en Francia. Así que compañeros, no perdamos el foco. Estamos juntos en esto.

Todos nos jugamos mucho en Europa. Pero el reciente nombramiento de Teresa Ribera, exministra de Transición Ecológica como vicepresidenta de la Comisión nos llena de temor e incertidumbres. No es para menos: Ribera se ha caracterizado por su falta de diálogo con el campo. Fue quien realizó el cambio de estatus del lobo que tanto daño ha hecho a nuestros ganaderos y quien impuso al Ministerio de Agricultura un endurecimiento de las normas de la PAC que obligan a los agricultores a producir menos y más caro. Son solo algunos ejemplos.

En Europa también se va a tratar un tema crucial para Rioja: las medidas para paliar la crisis que vive el sector del vino. La caída del consumo y los aranceles de algunos países están complicando el futuro vitivinícola europeo. Necesitamos medidas eficaces que ayuden a nuestros viticultores a salir adelante. Como el arranque voluntario de viñedo. No es algo novedoso, ya se aplicó en Europa hace unos años y en Francia van por su segundo plan de arranque voluntario de viñedo. De esta manera, los viticultores que deseen abandonar el sector podrían hacerlo con todas las garantías y dignidad. Por otra parte, al reducir la masa vegetal, junto con medidas, se volvería antes a la senda del equilibrio entre la oferta y la demanda. Es crucial contar con el apoyo del Gobierno de España y de los gobiernos autonómicos para que defiendan estas propuestas en Europa y podamos contar con fondos europeos para llevarlas a cabo. Pero para ello, necesitamos unas instituciones europeas que tomen medidas y acuerdos contando con la realidad del campo. Con que cumplan con la mitad de las promesas electorales, nos conformamos.

La presidenta Von der Leyen se comprometió a entablar un diálogo estratégico con el sector agrario europeo. Un sector que ya no aguanta más incumplimientos ni más traiciones.

Por mi parte, a través de los cargos de responsabilidad que ostento en la Mesa Sectorial Vitivinícola de Asaja Nacional, miembro del Copa-Cogeca, presidente de ARAG-Asaja y como viticultor riojano voy a seguir trabajando por el futuro de La Rioja y del Rioja. Un futuro que no será si no están en él nuestros agricultores y ganaderos.