La renuncia de Sébastien Lecornu, 27 días después de convertirse en primer ministro y a las doce horas de presentar su Gabinete, desnuda a Emmanuel ... Macron y a la inmensa mayoría de la clase política francesa. El presidente quema a su tercer jefe de Gobierno en un año en un nuevo intento fallido de afrontar la grave situación financiera de la segunda economía del euro con un contestado recorte del gasto público. La tradicional incapacidad de los partidos para trabar consensos se vuelve dramática con el Parlamento atomizado surgido de las legislativas adelantadas de junio de 2024. Ningún bloque dispone de mayoría y además los conservadores trabajan ya en clave electoral, de cara a las municipales y a la sucesión presidencial. Fueron Los Republicanos herederos de Sarkozy los que precipitaron la dimisión de Lecornu. Y los extremismos a derecha e izquierda tienen también la vista puesta en las urnas. Macron conserva la opción de nombrar a otro 'premier' después de buscar un acuerdo con el progresismo moderado; una vía a la que es alérgico. De lo contrario, unos comicios anticipados espolearían a Marine Le Pen y contagiarían la inestabilidad al conjunto de la Unión Europea.
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