CULPA Y TAREA DE TODOS
DAVID GARCÍA DIRECTOR DE PROYECTO HOMBRE EN LA RIOJA ·
DAVID GARCÍA DIRECTOR DE PROYECTO HOMBRE EN LA RIOJA
Domingo, 9 de febrero 2020, 09:24
Informados, a veces en exceso, y rodeados de estímulos tan viejos como la humanidad y de muchos otros tan noveles como ellos pero mucho más ... poderosos, los adolescentes riojanos no lo tienen fácil. La radiografía de sus hábitos vuelve a salir movida según los datos del informe Estudes (Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España) 2018, que elabora cada dos años el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
El alcohol, el tabaco, el cannabis y los hipnosedantes (tranquilizantes/somníferos) encabezan el ranking de sustancias consumidas por los estudiantes riojanos de entre 14 y 18 años. Nada nuevo, aunque en el catálogo de amenazas toman impulso algunos enemigos nacidos ya avanzado este siglo, como los vapeadores o cigarrillos electrónicos y el juego on line y presencial con dinero o el uso compulsivo de internet.
El estudio oficial, cuya recogida de muestras se realizó entre el 4 de febrero y el 5 de abril del pasado año con la participación de 1.033 alumnos riojanos pertenecientes a 23 centros educativos de la comunidad, vuelve a situar a la cabeza del problema el alcohol, consumido por el 82,1% de los menores riojanos alguna vez en su vida, por encima del 77,9% nacional; y el 81% en los últimos doce meses (75,9 estatal). En ambos indicadores se aprecia un incremento respecto a lo registrado en el 2016, al contrario de lo que ocurre en la estadística de consumo reciente, últimos 30 días, que ha pasado del 71,1% del anterior estudio al 66,5 actual, con 64,3 en el caso de los chicos y 68,2% entre el colectivo femenino adolescente. Pero si el consumo no ayuda a rebajar la intranquilidad, las nuevas modalidades de ingesta activan desde luego todas las alarmas: el 60,6% de los riojanos de entre 14 y 18 años se ha emborrachado alguna vez, 9,5 puntos por encima de la media nacional; algo más del 15% de los de 14 años confiesa una intoxicación etílica en el último mes, un porcentaje que crece conforme al grupo de edad hasta el 33,7% de los de 16 años o el 43,9 de los de 18. Tasas que son aún más inquietantes en el caso del 'binge drinking' o consumo de atracón (cinco o más bebidas alcohólicas en el intervalo de dos horas), una peligrosa modalidad que confiesan haber realizado 4 de cada diez encuestados, casi 8 puntos por encima del dato estatal. También el botellón gana adeptos en La Rioja, el 57,3% de los adolescentes en el último año frente al 51,3% nacional.
Consumos preocupantes de un tipo de bebidas a unas edades a las que teóricamente está vedado su acceso, pero que el estudio se encarga también de derribar, ya que el 40,6% de los participantes en el sondeo confiesan que han adquirido el alcohol directamente y otro 7% atribuyen el encargo a otros menores de su grupo. Una cesta de la compra y de gustos que también viene detallada en el informe: el 38,6% se inclina por los cubatas, el 35,3 por la cerveza, el 16,6 por el vino, el 17,6% por los licores fuertes... Alcohol, mucho, y a veces mezclado con bebidas energéticas, un producto que el 36,1% de nuestros adolescentes ha ingerido en el último mes, en este caso más ellos (45,9%) que las chicas (28%).
Malos humos
No van mejor las cosas en el epígrafe del hábito de fumar. El 28,1% fumaron tabaco en el último mes y el 11,3% de manera diaria, un indicador que en el 2016 se situaba en el 9,7%. Junto al tradicional pitillo, el cigarrillo electrónico también extiende sus tentáculos entre la juventud riojana y el porcentaje de los estudiantes menores de la región que ya han probado los vapeadores alguna vez en su vida asciende al 39%. Humos legales que se mezclan en parques y jardines con los otros, los del cannabis, la sustancia psicoactiva sin sello de legalidad con mayor prevalencia entre los adolescentes de la comunidad: el 39% al menos la ha probado alguna vez en su vida, el 27,5% en el último año y el 19,6% en los 30 días anteriores al sondeo, con un aumento del consumo en la región en todas las variables analizadas, pese a que el consumo medio en el último mes, 2,8 porros no alcanza el nacional, fijado en 3,4.
Los hipnosedantes, con el 16,6% alguna vez, el 11% en el último año y el 5,5% en el último mes, encabezan los consumos de las restantes sustancias ilegales que todas ellas -cocaína, alucinógenos, anfetaminas, éxtasis, GHB, inhalables volátiles y heroína- mantienen prevalencias inferiores al 3% en los tres periodos analizados.
Banalización
Más allá de consumos, el estudio refleja otros indicadores alarmantes. El primero tiene que ver con la banalización de ciertas sustancias, fundamentalmente el cannabis, a través de cuestiones sobre la percepción del riesgo, una clasificación en la que todas las denominadas drogas duras (heroína, cocaína o éxtasis) superan el 98%, seguidas por fumar un paquete diario de tabaco (93,5% de los encuestados), temores que en el caso del consumo de 1 a 5 cigarrillos por día baja al 72,6%, pero que en ambos casos superan ampliamente a los usos de marihuana o hachís, ya que el 88,7% ven arriesgado el consumo habitual de cannabis, pero solo el 51,4% marcan dicha opción al consultarles por su utilización esporádica; menos incluso que tomarse 5 o 6 cañas o copas en fin de semana (69,5%) y casi similar a la ingesta de una copa diaria (48,3%).
La segunda alerta llega en el bloque de percepción de disponibilidad: 9 de cada diez 10 ven fácil su acceso el alcohol y el tabaco, casi 8 de cada diez ven que es poco problemático disponer de cannabis y la mitad se muestran convencidos de que es sencillo acceder a los hipnosedantes.
Pero los problemas no vienen solo en forma de sustancia. Las nuevas tecnologías, su mal uso, las carga el diablo y, de hecho, el 13,5 de los adolescentes confiesa haber jugado con dinero de modo on line en los últimos meses y otro 28,4% de manera presencial, porcentajes muy superiores a los nacionales, del 10,3 y 22,7%, respectivamente. Otro detalle, el 17,5% de los encuestados tendrían un uso compulsivo de internet.
Mientras, los otro hábitos, los buenos, languidecen: menos del 70% de los adolescentes practican deporte semanalmente, no llegan al 22% los que leen libros por entretenimiento (14,5% ellos frente al 28,3 de las chicas), 1 de cada 4 alumnos visitan páginas web de adultos semanalmente...
Cuando analizo la situación del consumo de sustancias por parte de los menores de La Rioja no puedo evitar pensar rápidamente en un montón de familias y de chavales y chavalas que acuden a nuestro programa joven. Cuando la sociedad piensa en 'las drogas', la realidad nos hace aterrizar en el verdadero problema: lo que más daño les están haciendo son las llamadas sustancias legales y/o cuasi legales como son el alcohol y el cannabis (marihuana).
La responsabilidad en gran parte es de todos nosotros porque les damos mensajes ambiguos y en muchos casos contradictorios, como cuando hablamos de legalización. Muchas veces por la ignorancia como padres, otras por la baja percepción de riesgo que se tiene de ellas y, en muchos casos, por su bajo coste y fácil disponibilidad.
Más de la mitad de nuestros menores ha probado la bebidas alcohólicas durante el último mes y en el caso de los adolescentes de La Rioja los indicadores están 9 puntos por encima de la media del conjunto de las comunidades autónomas en consumo (especialmente vino, que nos preocupa), según los datos de la Encuesta obre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España) 2018 del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Uno de los pilares básicos de Proyecto Hombre, además del trabajo con los adolescentes y los jóvenes es el trabajo con las familias. Actualmente Proyecto Hombre La Rioja cuenta con un equipo de profesionales que trabajan con una veintena de familias y con sus hijos. El objetivo principal es empoderar a los padres y madres dándoles formación e información, ayudándoles a encontrar los cauces de comunicación necesarios para poder resolver muchos de los conflictos familiares, apoyarles a la hora de marcar las normas y límites... En definitiva, dar las herramientas necesarias que les orienten en una educación integral para sus hijos. Si estas líneas le han hecho reflexionar, no lo dudes y contacta con nosotros. ¡Estamos a tiempo!
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