Doctora, se ha dejado la empatía en casa
Andrea Rubio Flaño
Miércoles, 29 de octubre 2025, 21:33
A partir de cierta edad, a las mujeres se nos tiende a cuestionar decisiones de vida y a urgirnos en el –pareciera– «deber» de ser ... madres. Cuántas habremos tenido que escuchar la frase que tanto daño hace y en nada ayuda, «se te va a pasar el arroz». Algo tan personal y trascendental no debería ser de debate público, menos aún cuando ni imaginamos por lo que se puede estar pasando. Resulta paradójico que, en un camino lleno de obstáculos, de vulnerabilidad absoluta, al dar el gran paso de querer ser padres, precisamente mujeres estén en puestos —públicos o privados— perpetrando más daño injustificado a sus pacientes. Debiera ser que aquellos que cuidan de nuestra salud gozaran del don de la empatía, más aún en procesos difíciles y dolorosos, acompañando con bondad a los que depositan toda esperanza en el que atiende al otro lado de una mesa fría. Sin embargo, nos encontramos con facultativas (no puedo llamarlas «profesionales») asqueadas con la vida que otros ansiamos crear, tratándonos mal sin saber por qué. ¿Qué debemos hacer sabiendo que ahora está en su mano nuestro proyecto de vida? ¿Resignarnos? No puedo pensar en más parejas pasando por esto y mirar para otro lado. No podemos seguir permitiendo que haya personas en ciertos cargos para los que no están cualificadas; un título ha demostrado que no enseña valores ni el verdadero cuidado hacia sus semejantes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión