Dejando a un lado el final del efímero romance veraniego entre Lamine Yamal y Nicki Nicole, el acontecimiento informativo de la semana ha sido la ... entrevista de Pepa Bueno a Pedro Sánchez en Televisión Española. Fue una charla interesante porque por momentos Bueno pinchó donde había que pinchar, estuvo incisiva y planteó las preguntas que se hace todo el país aunque eso no le haya evitado las críticas, algo que era de esperar porque hay cierta clase de reproches que están escritos de antemano. En realidad, no era un encargo sencillo, y por eso me volví a acordar de lo que ya he contado aquí y que me dijo hace años Manolo González: que a pesar de lo que pueda pensar la gente, el género periodístico más complicado es la entrevista. Yo la vi en directo el lunes y la repasé días después, y creo que el reto al que se enfrentaba Pepa Bueno era imposible porque intentar entrevistar a Pedro Sánchez tiene que ser como preguntarle a una cariátide. Llamó mucho la atención fue el aspecto del jefe del ejecutivo, pero no voy a entrar en esas superficialidades porque lo importante fue precisamente ver a una estatua hablar.
Bueno planteaba los temas y el presidente los despachaba con la habilidad de un cajero de supermercado pasando los productos por el lector de código de barras: los incendios, los casos de corrupción, los jueces, Europa, la inmigración... pero de repente aparecieron las dificultades del Gobierno para aprobar los Presupuestos. Ahí el aire se espesó, porque Pepa Bueno puso al Pedro Sánchez de 2025 frente al de 2017 en un juego de espejos que ya hemos presenciado otras veces, un ejercicio muy entretenido de ver porque la hemeroteca se ha convertido en la enemiga más feroz del presidente: desde los indultos a la amnistía, pasando por lo de que no iba a subir los impuestos hasta sus pactos con Bildu. Como dice Sergio del Molino, el pasado es lo que más cambia.
Dado el evidente cambio físico del presidente, el duelo de Sánchez contra Sánchez recordó esta vez al cuento 'El otro' de Borges en el que el escritor argentino se encuentra con una versión suya más joven en un barco destino a Ginebra: «Lo raro es que nos parecemos, pero usted es mucho mayor, con la cabeza gris». El caso es que, en la pantalla partida, el Pedro Sánchez del pasado le decía al del presente que sin presupuestos lo que hay que hacer es convocar elecciones. Fue un gran momento televisivo, y cuando Pepa Bueno le clavó sobre la mesa sus palabras el presidente se le escapó, se puso las gafas de sol y desplegó su mejor táctica de esquiador acuático: espuma, giro, saltito sobre la estela de agua, otro giro, pirueta y a seguir. Qué habilidad, hay que ver cómo bailan a veces algunas estatuas.
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