Dice Santiago Segura que al final tendrá que rodar 'Torrente, Presidente', no tanto porque lo reclamen la industria o el público palomitero sino porque lo ... exige el absurdo de una nación que ya no distingue entre la sátira y el telediario. Pero esta es la realidad en la que estamos, un país ensimismado en su lenta descomposición en el que la actualidad escribe a diario folletines tragicómicos de telenovelas tristes; hay titulares que serían rechazados por los guionistas de Torrente por exceso de disparate. Hoy lo dice Santiago Segura, pero ya lo apuntó Pérez Galdós en su discurso de ingreso en la Real Academia. Lo tituló 'La sociedad presente como materia novelable' y suena como un parte médico: «El presente estado social, con toda su confusión y nerviosas inquietudes, no ha sido estéril para la novela en España. Tal vez la misma confusión y desconcierto han favorecido el desarrollo de tan hermoso arte». En 1897 Galdós escribía libros y diagnosticaba países.
En España la vida va por delante del humor, lo atropella. Hace poco el ministro Óscar Puente proclamó que el transporte ferroviario español vivía «el mejor momento de su historia». Lo dijo entusiasmado y feliz, como si fuera subido en un AVE imaginario hacia La Rioja. Después, como si fuera una broma, se han ido sucediendo toda clase de incidentes y averías, colapso y caos en las líneas como el que acaba de dejar colgados a miles de viajeros en pleno inicio de las vacaciones; es como si nuestros representantes se rieran del país y comparecieran ante el atril para pronunciar discursos escritos por Antonio Recio.
Una nación nunca se hunde de golpe, se desmorona despacio: un mañana es el tren, otro día un apagón, después la lista de espera para una operación de cataratas y así hasta que la decadencia termina por formar parte del paisaje y del estado mental. Esto se ve si se pone un poco de atención: ¿Qué hace ese tipo descalzo en el supermercado? ¿Cuánto tiempo lleva fundida la letra de aquel cartel luminoso? ¿Por qué hay gente drogándose en el centro de Logroño a cualquier hora del día? Son síntomas que se comprenden mejor cuando ves a una diputada poner su pie sobre el escaño del Congreso como el macarra que sube los pies a la mesa del comedor mientras bebe una litrona.
En España la vida va por delante del humor, lo atropella
Esto nunca ha sido Suiza, pero este deterioro ya no se puede ignorar, y menos cuando los encargados de proyectar el futuro de España están ocupados en esquilmarlo. Igual he sido un ingenuo y no he querido creer que andar robando dinero público iba a acabar afectando al funcionamiento del país, pero no solo le afecta sino que además revienta el estado de ánimo colectivo. Yo sigo enganchado a este verano esperpéntico con guion de película de Torrente pero, como explica Max en la escena XII de 'Luces de Bohemia', el esperpento no es un chiste, en el fondo es una tragedia.
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