Al campo en plena Filomena
Ni aunque lo hubiera hecho a posta le hubiera salido a Alfonso Domínguez peor día. Es como el que organiza una comida campestre y se ... encuentra con una Filomena cuando ya está con los niños monte arriba. Demasiado tarde para lamentarse, claro.
El caso es que, tras meses de darle vueltas a la rueca, fue Domínguez a presentar su candidatura justo el día en el que al PP nacional le dio por saltar por los aires. Mientras el ya oficialmente precandidato a dirigir el PP riojano explicaba sus razones y sus motivos, Ayuso disparaba sus cañones y Casado cargaba los suyos. Y hasta la Casa de los Periodistas de Logroño llegaba el humo.
Y eso que el exconsejero de Ceniceros tiene, es inevitable, mucho que explicar. Una y otra vez repitió que llegaba «sin mochilas ni hipotecas», intentando lo imposible. O sea, que no se le identifique como el candidato de la actual dirección del PP frente al 'outsider' sobrevenido que sería Alberto Bretón. Pero es el guión que a cada uno le toca. Rotos los puentes que nunca parece que estuvieran cerca de asentarse, Domínguez empieza ahora un sprint de dos meses para coger velocidad frente al año que lleva su rival dando paladas en la mina.
Mal día, sí, para lanzar una batalla en el PP riojano. Por lo menos la neutralidad de Génova está por ahora asegurada, aunque sólo sea porque ahora mismo a Casado le hablas de Logroño y te pregunta si eso está cerca de la frontera de Ucrania.
Un asunto quedó, sin embargo, evidentemente en el aire. No quiso Domínguez concretar si prefería un congreso con voto directo de los afiliados o con delegación por compromisarios. Y no es ése un detalle baladí, porque de él pueden depender (aunque luego, en fin, veremos) las posibilidades de uno y otro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
