1. Cónclave
El Congreso del PP, el Comité federal del PSOE, incluso la Cumbre de la ONU: todas estas citas vienen recibiendo en la prensa el apelativo ... de 'cónclaves'. Resulta nueva esta forma de referirse, con un mismo sustantivo, a tan diversas asambleas. Pero se produce como síntesis –por aproximación, en algún grado, y ahí está la clave o el cónclave– de su cercanía temporal con la película homónima y con el rito claustral que condujo a la elección del nuevo Papa; ya de por sí casi coincidente con la ficción cinematográfica. Una casualidad impresionante: imagínense que se estrena Las sandalias del pescador (1968) y que a los meses fallece Pablo VI. Hay una simplificación en titular de la misma manera conferencias que pudieran parecer muy distintas, pero no conviene despreciar el calado de la alusión. Ha venido que ni pintada en medios y tertulias para recalificar la intriga, el drama y el suspense que se vive en cada caso y para especular sobre el color y la nomenclatura de las fumatas respectivas. La disensión política a la que no es ajena la recámara vaticana –una ciudad estado– y la fides gregaria que impera en instituciones, partidos y grupos de poder.
2. Mordidas
Se da en la terminología de la corrupción una metáfora vampírica interesante y muy gráfica: la 'mordida'. Con- siste en que el corruptor es el vampiro que muerde, inyectando así la corruptela –que rima con infecciones como la salmonela o la varicela– y poniendo en circulación por el torrente sanguíneo de las víctimas el torrente de billetes de quinientos. Como es tradicional en los ambientes nosferatus, en su estrategia de defensa, los 'mordidos' por el maestro niegan siempre las mordidas de las que han sido objeto. Aunque en sus análisis de sangre les salgan unos índices de lucro mortales (o sea: inmortales, como 'no muertos' que son, según su libro de estilo). Tampoco faltan en la puesta en escena de este baile antes del amanecer los vigilantes nocturnos y los clubes nocturnos. Y un continuo tirarse al cuello los abducidos, los unos a los otros.
3. Traviata
Apoteosis. El Teatro Real anuncia estos días la conclusión de la presente temporada con el siguiente anuncio: «En julio finaliza una temporada vibrante» con La Traviata. Y coincide en el programa con Soto... del Real, donde Santos Cerdán, según sus afines, podría cantar también La Traviata. Tiemble el coliseo de la Plaza de Oriente porque la versión de Cerdán del melodrama de Verdi se presume vibrante no, lo siguiente. Aquí va a vibrar, presuntamente, hasta el apuntador. Le haría falta, claro, a Cerdán un elenco en la prisión que secundara la producción, aunque su propósito parece ser, más bien, el contar con gente que ahora está fuera pero que pudiera ingresar en el reparto interpretando otros papeles destacados. Desconocemos en qué punto se encuentra la producción. Complicada. Pues tie más busilis que ejecutar la jota de los ratas de la Gran Vía, pobrecitos míos, con ser también un triángulo tóxico.
4. Feudalismo
La semana pasada, el príncipe Bezos ocupó cada rincón de la Serenísima para celebrar sus esponsorios y el Sheriff de Nottingham amenazó al reino de España por no contribuir al gasto guerrero del imperio con un diezmo del 5% de sus arcas. Advirtió que lo pagaría caro e insinuó que la economía de la aldea podría sufrir, quizás, un accidente. Ayer, el Sheriff, para celebrar el gran día de su país –proclamado en su yelmo 'grande de nuevo'– firmó una ley que libra a los ricos de tributar y castiga las limosneras del pueblo llano. Y anunció un festejo de luchadores de UFC a librarse en un ring frente a la Casa Blanca, en otro tiempo templo de la primera democracia. Ya es el inmediato pasado lo que resulta distópico.
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