He leído el lunes pasado a Jorge Alacid que en Villavelayo cierra el bar Amado. Lo cierran sus dueños, María Ángeles y Ángel. Escribía Jorge ... que frecuentemente los bares desaparecen precisamente donde son más necesarios, «donde un bar es mucho más que un bar». Muchos de los lectores han podido constatar este aserto a lo largo de su vida, corta o larga. Cuántos curas y políticos hubieran querido tener una clientela tan fiel como la de los bareros y taberneros, y cuántos ciudadanos nunca fiaron a políticos y curas confidencias que solo confesaron a quienes regentaban esos lugares dionisíacos.
Muchos de ustedes recordarán el popular poema 'La cena' de Baltasar del Alcázar, autor entre el siglo XVI y XVII, en el que califica como uno de los grandes inventos humanos a este tipo de recintos: «Si es o no invención moderna,/ vive Dios que no lo sé,/ pero delicada fue/ la invención de la taberna». La desaparición de esta es augurio de grandes catástrofes en la comunidad que la rodea; ocurrió en mi pueblo cuando echó la persiana la taberna de la Rubia, hecho que dio lugar a una sentida jota: «Desde que cerró la Rubia,/ en Viana ya no se canta,/ que sus pinchos con sardina/ inspiraban las gargantas».
Acerca de estos sencillos, acogedores, solidarios locales editó un muy interesante libro –'Libro de las tabernas de España'– allá por los años cincuenta el catalán Luis Romero. En Logroño cita a 'Matute', 'Mendoza' (llamada por otro nombre 'El soldado de Tudelilla', escribe), 'Buenos Aires', 'El Quinto', 'El Primero de la Segunda' (singulariza que a esta entraban chicas), 'Barajas' (taurina), 'Chavito'. Añade que bebió en Corera, Galilea, Haro, Murillo, Torrecilla de [sic] Cameros (era día de quintos, los cuales cantaron serenatas a las chicas por la noche), Calahorra, Velilla, Ribafrecha «y, sobre todo, en Arnedo».
Al gran número de estos bares y tabernas populares se alude frecuentemente como elemento que, por contraposición, denota la escasa cultura existente en esa determinada zona. Victoriano Crémer, escritor burgalés cronista oficial de León, incluye en su obra 'León insólito. León, ayer y hoy' esta redondilla cuando trata del famoso Barrio Húmedo: «León, León, ciudad bravía,/ que entre antiguas y modernas/ tienes trescientas tabernas/ y ninguna librería». Versos semejantes habrá escuchado usted aplicados a numerosos pueblos y ciudades españoles. No haga demasiado caso.
Que cierran el bar Amado María Ángeles y Ángel en Villavelayo, y que el Alto Najerilla se queda sin otro trocito de cielo. Así es la vida, así la hacemos.
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