El Supremo afirma que hay que tener «paciencia franciscana» para aguantar a Ábalos y Koldo y sus intentos de boicotear la investigación
La Sala de lo Penal desestima los enésimos recursos del exministro y su exasesor para tratar de evitar que se investiguen las adjudicaciones de obras que De Aldama afirma que se amañaron
El Tribunal Supremo comienza a hartarse de los continuos escritos de José Luis Ábalos y su exmano derecha Koldo García para tratar de frenar todos ... y cada uno de los movimientos del juez Leopoldo Puente para indagar o profundizar sobre la trama corrupta en la que están ambos imputados. Los permanentes intentos de boicot de cualquier orden del juez o instrucción del juez a la Unidad Central Operativo (UCO) por parte de los dos encausados han llegado incluso a provocar las chanzas en la Sala de lo Penal del alto tribunal, que este jueves puso en valor la «paciencia franciscana» del instructor Puente al tener que defenderse una y otra vez de los ataques de los dos investigados, quienes le acusan desde hace meses y de manera repetitiva de estar llevando a cabo una «investigación prospectiva». Un argumento, el de esa «investigación prospectiva», que el Supremo tacha de «mágica locución» de la que suelen «abusar» los abogados defensores.
Los togados de la Sala de lo Penal apelan al aguante y estoicismo que siempre se le ha atribuido a San Francisco de Asís en el auto en el que desestiman los recursos de apelación interpuestos Ábalos y Koldo García contra la decisión del instructor de la causa de encargar a la UCO la elaboración de un informe sobre el proceso de adjudicación de obras supuestamente amañadas por la trama que denunció el presunto conseguidor de la red, Víctor de Aldama, quien entregó en el Supremo una relación de obras «preadjudicadas» subrayadas en fluorescente.
Los magistrados recuerdan al exministro y a su exasesor que «indagar la veracidad de la información sobre comportamientos presuntamente delictivos puestos de manifiesto por un co-investigado (De Aldama) y con visos de verosimilitud, no tiene nada que ver con lo que sería una repudiada causa general» o con la manida «investigación prospectiva» que denuncian los encausados.
Los magistrados Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral y Pablo Llarena detallan que las acusaciones de De Aldama deben ser verificadas, máxime cuando las pruebas realizadas (como la caligráfica a Koldo García) apuntan a cierto grado de verisimilitud en los papeles que el empresario entregó en el Supremo. De Aldama, que aseguró en sede judicial que llegó a repartir hasta cuatro millones de euros en comisiones destinadas a Koldo García, Ábalos y al PSOE, apuntó al amaño de 39 proyectos. Esas irregularidades fueron desmentidas por el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, quien encargó un estudio que determinó que de los 39 proyectos señalados por el comisionista se llegaron a licitar 21 y solo seis de ellos se hicieron durante el mandato de Ábalos.
No hay «phishing expedition»
El Supremo niega de manera categórica que el juez esté realizando una investigación de «phishing expedition» (expedición de pesca), o sea «buscar sin un objetivo claro a ver qué pudiera aparecer». «Se trata de comprobar las circunstancias y vicisitudes de unos hechos concretos introducidos en el proceso; no de lanzar las redes para ver qué hechos desconocidos podrían aflorar», aclara el alto tribunal, que cree sería «absurdo pensar que una investigación solo debe abrirse cuando concurren indicios racionales de criminalidad».
El Supremo, al margen de su enfado por las continuas ofensivas a cuenta de la insistente «investigación prospectiva», muestra también su hartazgo por las igualmente recurrentes embestidas de Ábalos a la UCO para intentar desacreditar las investigaciones que acorralan al exmano derecha de Pedro Sánchez en el PSOE. La sala rechaza, como pedía el exsecretario de Organización socialista, citar a varios miembros de la Guardia Civil. «Si lo que se busca únicamente es sembrar dudas sobre las investigaciones no es esta fase adecuada para ese tipo de estrategias defensivas», reprocha la sala al exministro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión